Cabe señalar entre los proyectos expuestos Trivialgrafik (1965/68), Ideale Landschaft (1968), Farbtest Nationalfarben (1969-1972), Farbengeographien (1969-1973), Brehmer, una serie de films (1969-1974), Seele und Gefühl eines Arbeiters (1978/80), que incluye partituras musicales, Wärmebilder (1974-1986) y aportaciones al Grafik des Kapitalistischen Realismus (1971).
A través de la utilización de elementos de la tipografía, cartografía, termografía y de la teoría del color, Brehmer muestra las maneras en las que la apariencia visual está implicada en la economía. Las exposiciones, películas, publicaciones, composiciones e instalaciones de este artista son consideradas como «sistemas de notación» de los procesos sociales, con cierta similitud además con una partitura musical.
Inmaculada Salinas
El CAAC acoge, asimismo, hasta el 12 de junio, la exposición Prensadas de Inmaculada Salinas (Guadalcanal, Sevilla, 1967), que reúne la obra más reciente de la artista, trabajos de mayor complejidad y contenido ideológico. Las cuatro series que conforman la muestra, Prensadas, Como fondo, Visión de las vencidas y Espejo tienen así en la mayoría de los casos a la mujer como temática.
Prensadas (2009) está constituida por varios centenares de fichas en cartulina A4 en las que, a través de recortes de prensa del año 2009, la artista hace un «estudio estadístico» sobre la presencia/ausencia de la mujer en los medios de comunicación.
Como fondo (2010-2011), por su parte, constituye un elogio de la autonomía de la pintura. A través de 100 recortes de prensa buscados durante un año y en los que aparecen personajes públicos en distintos espacios con obras de arte como fondo, la artista manipula estas imágenes anulando al personaje, que reduce a una silueta, y resaltando la obra pictórica en cuestión. También utiliza una pintura monocroma en cada uno de estos recortes de prensa para disponerlos en series de cromatismo gradual.
En Visión de las vencidas (2008- 2009), Salinas utiliza la obra del antropólogo Miguel León Portilla Visión de los vencidos –basada en escritos de indígenas mexicanos–. Aparte de tomar el título convirtiéndolo en femenino, busca en el libro 50 frases en las que aparecen palabras como mujer o atributos en relación con la posición de ésta en la sociedad, que inserta en fichas de 20 x 13 centímetros de colores apastelados (rosa, azul, verde y amarillo).
Por último, la obra Espejo (2008) está escrita «a sangre» con grafito negro en 40 cartulinas de papel blanco y contiene exclusivamente la palabra mujer repetida sin cesar. Inmaculada Salinas realiza un ejercicio formal repetitivo, la mitad hecho con la mano izquierda, lo que produce tensión y cambios de ritmo en el conjunto impreso de la hoja.
Murales de Jessica Diamond
El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo presenta, por último, la exposición Murales de la artista estadounidense Jessica Diamond (Nueva York, 1957), que ocupa –hasta el 12 de junio– varios muros de los espacios exteriores del Monasterio de la Cartuja. Diamond es conocida por sus irónicos e incisivos textos pintados directamente sobre la pared.
La sensibilidad artística de esta creadora se forjó en los años 80, en un momento en el que la pintura estaba siendo cuestionada. Desde entonces mantiene un sorprendente y sincero sentido de la identidad, utilizando el lenguaje como base de un trabajo que se caracteriza por su actitud crítica y satírica hacia la simbología de la cultura popular. Para expresarse emplea de forma habitual la pintura mural, lo que la sitúa fuera del mercado del arte.
Los dibujos y los fragmentos de texto que Diamond traza sobre los muros abordan la tristeza, la autoconciencia y lo jocoso en clave de tragicomedia. La artista deja una nota en la pared, una nota furiosa en la que reivindica el abandono y la autoprotección mediante un código personal, pero sin caer en lo nostálgico o lo sentimental. Su nota, un mensaje escrito deprisa, arraigado en las tácticas de la América empresarial, es siempre enérgica, directa, una forma de reconstruir la individualidad frente a la despersonalización del mundo en que vivimos.
No obstante, interpretar la obra de Diamond fijándonos sólo en el poder coactivo de los eslóganes publicitarios, los medios de comunicación y la cultura de masas sería hacer una lectura engañosamente superficial. La artista habla en algunas de sus obras sobre las vicisitudes de ser una artista contemporánea, ya que para sobrevivir tiene que hacer, exponer y vender su trabajo. También ha expresado de forma concisa su punto de vista sobre el mercado del arte de Nueva York, que ve avaricioso, propenso a la inflación y explotador.