El Museo Municipal de Bristol ha inaugurado hoy una exposición del inglés Banksy, una de las grandes figuras internacionales de la cultura pop de las últimas décadas, cuyas obras se pueden ver en un museo británico por primera vez. Esta muestra, cuya preparación ha estado marcada por un gran secretismo, consta de un centenar de obras y ha sido supervisada por el propio Banksy, infiltrado entre el grupo de personas enviadas por el agente del artista para realizar el montaje.
Aunque sus obras han sido expuestas en salas de Estados Unidos o Israel, nunca se había planteado una exposición de estas características en su país, por lo que Bansky eligió Bristol, su ciudad natal, para llevarla a cabo, aunque muy pocas personas sabían que la razón por la que se habían cerrado las instalaciones del museo municipal era que Banksy preparaba una exposición.
Héroe local
A través de un centenar de trabajos, Bansky muestra su visión del futuro en un proyecto que, según ha declarado la directora del museo, Kate Brindley, a la BBC es «muy irónico porque el ayuntamiento está sufragando los gastos de la exposición de una persona a la que persiguió durante años por sus grafitis en lugares públicos». El propio Bansky aseguró que “éste es el primer espectáculo que monto en el que el dinero de los contribuyentes se utiliza para colgar mis obras en vez de para borrarlas”.
Brindley también destacó el riesgo que ha corrido el museo al mantener en secreto todo el proceso de la exposición: “Sabíamos que era lo correcto para la ciudad. Hay mucha gente en Bristol, e internacionalmente, a la que le encanta Bansky. Es una mega-estrella y nosotros somos una galería que quiere trabajar con artistas contemporáneos. Él es nuestro héroe local”.
El trabajo expuesto en Bristol ofrece una amplia visión sobre su obra, que consiste, por lo general, en piezas sobre política, cultura pop, moralidad y etnias, combinando escritura con grafiti y representaciones gráficas realizadas con plantillas.
Desde que empezó a pintar en las paredes de esta ciudad inglesa hasta hoy, Bansky es un nombre asociado a la modernidad y a la reivindicación política, y algunas de sus obras han terminado en manos de celebridades como Brad Pitt o Robbie Williams.