Las obras seleccionadas por los comisarios de la exposición, Antonio Álvarez Rojas y María Dolores López de la Orden, ilustran los 17 apartados en los que se desgrana la muestra. Pocas ciudades tienen la posibilidad de disponer de fuentes antiguas que se remontan a los mitos más remotos. Cádiz está unida para siempre a la memoria de la Humanidad, al ser el lugar donde el semidiós Hércules consiguió los rebaños del rey tartésico Geryon. En el ámbito histórico encontramos numerosas referencias sobre la ciudad en Posidonio, Polibio, Columela o Avieno. Sin embargo, es en la Geografía de Estrabón donde más citas aparecen de la antigua Gadir y donde se enlazan antiguos recuerdos históricos, recogidos siglos después del primer asentamiento, con diferentes mitos transhistóricos.
Cádiz renace de las ruinas
Desde su fundación, que cada vez más los registros arqueológicos sitúan hacia el siglo IX aC, la ciudad ha sido parte fundamental en la propia historia de España y de la península, una de las grandes ciudades del Imperio Romano, famosa por su comercio, por su prestigio marinero y por su templo dedicado a Hércules. Posiblemente afectada por un fuerte terremoto en el Bajo Imperio, Cádiz renace de las ruinas, según relata Avieno en el siglo IV. Las tres primeras secciones de la exposición –“La fundación de Cádiz”; “Gadir y Tartesos” y “Gades. La ciudad romana”– reúnen una decena de piezas entre las que destacan una figurilla de sacerdote fenicio de bronce y oro (s. VIII-VII aC), cedida por el Museo Arqueológico Nacional; una figurilla de bronce de la diosa Astarté (s. VII aC) procedente del Cerro del Carambolo (Museo Arqueológico de Sevilla) y un emblema central de mosaico de finales del s. III o principios s. IV dC, prestado por el Museo de Cádiz.
Las siguientes secciones de la muestra aluden a “Las ruinas de Gades vistas en Yazirat Qadis”; “Yazirat Qadis”; “De Alfonso X al saqueo de 1596”; “El saqueo inglés de 1596. El renacer desde las cenizas” y “La fortaleza gaditana y los asaltos anglo-holandeses”. Un periplo histórico recreado del que dan prueba piezas como el Dibujo del Faro de Cádiz del s. V d.C , la pila de abluciones de cerámica vidriada del s. XIII o el capitel califal de la segunda mitad del siglo X d.C que el Museo de Cádiz ha cedido para la ocasión. Junto a ellas, un Dibujo de la ciudad de Cádiz en 1513 (Archivo General de Simancas) o el óleo sobre lienzo Vista de Cádiz en el siglo XVI. El asalto a Cádiz por el Conde de Essex en 1596 (Cabildo de la Catedral de Cádiz).
Pieza insustituible
A partir de la Edad Media, Cádiz empieza a recorrer el largo camino que la llevará a convertirse en pieza insustituible del comercio entre continentes y que culmina con el traslado desde Sevilla de la Casa de Contratación en 1717. Un hecho que contribuye de manera decisiva a que la ciudad se convirtiera, a finales del siglo XVIII, en una de las ciudades más modernas, cultas y ricas de Europa. Testimonios de este auge económico son el lingote de plata y la moneda de plata de Carlos II que los visitantes podrán ver en los siguientes apartados de la exposición –“1596-1800. De la nada al apogeo. Doscientos años de crecimiento económico, demográfico, científico y cultural”; “El comercio con América del siglo XVII” y “El traslado de la Casa de Contratación y el auge comercial gaditano”– junto al Emporio del Orbe. Cádiz ilustrada, de Gerónimo de la Concepción, impreso en Ámsterdam en 1690 (Obra Social de Unicaja) o la Vista de Sevilla atribuida a Louis de Caullery (Museo de Bellas Artes de Sevilla).
Esta relación con América, que le llevó a la cima del poder económico, permitió el florecimiento de ideas, costumbres y formas de pensamiento que influyeron decisivamente en la política nacional e iberoamericana, en la redacción de la Carta Constitucional de 1812 y en el desarrollo de las ideas liberales por medio mundo. De este periodo se ocupan los cuatro siguientes apartados de la exposición: “Las instituciones y científicos gaditanos en la vanguardia de la ciencia europea”; “El punto de inflexión. El desastre de Trafalgar”; “El asedio francés en el Cádiz de las Cortes” y “La Constitución de Cádiz de 1812”. La pieza protagonista es, sin duda, la Constitución de 1812, manuscrita y firmada por los diputados. Encuadernado en terciopelo rojo, es la primera vez que este texto abandona el Congreso de los Diputados para formar parte de una exposición.
Los avances científicos
Los avances científicos de esta época están evocados con varios dibujos de la expedición de cincunnavegación de Malaspina (1789-1794), que enriqueció extraordinariamente la Botánica, la Litología y la Hidrografía de la época; con el Retrato de Celestino Mutis, de G.A. de Machado, el sacerdote, botánico matemático y docente que estudió medicina y cirugía en Cádiz y desarrollo una investigación científica de primer orden en Colombia; o con el retrato de otro gran científico español, Jorge Juan, que fundó en Cádiz el Observatorio Astronómico de la Armada.
Las dos últimas secciones de la exposición están dedicadas a los Cien Mil Hijos de San Luis, que al mando del duque de Angulema y sin oposición sitian Cádiz en 1823 y al convulso momento revolucionario de Fermín Salvochea y el Cantón de Cádiz. Episodios históricos ilustrados, entre otras piezas, con el óleo Ataque a Cádiz de la flota hispano-francesa en 1823 (Museo Naval) o con la Declaración de objetivos del Comité de Salvación Pública presidido por Fermín Salvochea, cedido para la ocasión por la Fundación Federico Joly Höhr.
Cádiz. En-clave de Historia. El legado de Cádiz a la memoria histórica de España. Casa Pinillos.
Del 15 de marzo al 30 de mayo de 2012.
Comisarios: Antonio Álvarez Rojas y María Dolores López de la Orden.
Entrada gratuita.