El jurado ha decidido premiar la obra de Mallorquí por ser «un canto a la aventura y homenaje a la literatura clásica, escrita con pasión, amenidad, humor e inteligencia y por la excelente construcción de sus personajes y sus tramas».
La isla de Bowen es un libro de aventuras al estilo de Verne o Conan Doyle, con islas misteriosas, asesinatos, minerales preciosos, héroes y manuscritos medievales. Mallorquí ya fue galardonado por esta novela con el Premio EDEBÉ 2012.
Periodista
Este galardón lo concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para distinguir una obra de autor español, escrita en cualquiera de las lenguas oficiales y editada en España durante el año anterior. Su dotación económica es de 20.000 euros.
Mallorquí estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y trabajó en La Codorniz y en la Cadena SER. Posteriormente desempeñó diversos puestos en una agencia de publicidad estadounidense.
La pared de hielo (Premio Alberto Magno 1992), El coleccionista de sellos (Premio UPC, 1995), La casa del Doctor Pétalo (Premio Gigamesh, 1996) y Las lágrimas de Shiva (Premio EDEBÉ, 2002) son algunas de sus obras.
El jurado
El jurado ha estado formado por Laura Gallego, ganadora en la edición 2012; Mª Teresa Carranza, ganadora en la edición de 2011; Darío Villanueva, por la Real Academia Española; Antón Palacio, por la Real Academia Gallega; Gemma Lienas, por el Instituto de Estudios Catalanes; Joseph Gregori Sanjuán, por la Organización Española para el Libro Infantil y Juvenil; Santiago Urbano Sánchez, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas; Beatriz García, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España; Rafael Soler, por la Asociación Colegial de Escritores de España; Daniel Leal, por el Centro de Estudios de Género de la UNED; y Javier Fierro, por el ministro de Educación, Cultura y Deporte.
María Teresa Lizaranzu, directora General de Política e Industrias Culturales y del Libro, presidió el jurado, y Mónica Fernández, subdirectora General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, actuó como vicepresidenta; además de Alicia García, jefa del Servicio de Promoción de las Letras, que ejerció de secretaria.
La trama
1920. Todo comenzó con el asesinato del marinero inglés Jeremiah Perkins en Havoysund, un pequeño puerto noruego situado en el Ártico, y con el misterioso paquete que, antes de morir, Perkins envió a Lady Elisabeth Faraday. O quizá la historia empezara antes, cuando se descubrieron unas extrañas reliquias en el interior de una viejísima cripta medieval, pues fue precisamente una de esas reliquias imposibles la causa de que el malhumorado profesor Ulises Zarco, director de la sociedad geográfica SIGMA, se embarcara en una aventura inimaginable a bordo del Saint Michel.
Tanto Zarco como su ayudante, Adrián Cairo, han recorrido el mundo enfrentándose a toda clase de peligros, igual que el capitán Verne y su tripulación, o el joven fotógrafo Samuel Durango, e incluso las dos damas inglesas que les han solicitado ayuda; pero ninguno de ellos estaba preparado para afrontar el temible misterio que envuelve a la isla de Bowen, más allá del Círculo Polar Ártico.
Porque, como decía Sherlock Holmes: «Cuando se ha eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad».