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Cierran la casa natal de Modigliani

del contrato de alquiler de su mitad por motivos personales y, como consecuencia, la casa del pintor y escultor ha tenido que ser cerrada, a pesar de que el director del museo y presidente de la sociedad que la gestiona es su hermano Giorgio.

Centro de estudios

Este edificio cuenta con una amplia documentación sobre lo que fueron sus años en Livorno (1884-1906), donde nació en el seno de una familia empobrecida, y los de sus madurez artística en París, desde 1906 hasta 1920, año de su muerte por meningitis tuberculosa.

La casa, convertida en centro de estudios sobre la obra del artista, es la meca de todos aquellos amantes de su obra y ha sido fuente de inspiración para numerosos escritores, productores y directores de cine todo el mundo que han partido desde Livorno para narrar la vida del pintor y escultor. La vivienda alberga, además, copias de documentos autógrafos del artista propiedad de instituciones de París y fotos que retratan a Amedeo de niño con su madre.

Giorgio Guastalla ha explicado que, a pesar de todo, piensa luchar y llegar a un acuerdo con su hermano para reabrir el singular museo.

Un familia empobrecida

Modigliani fue el cuarto hijo de Eugenia, una francesa nativa de Marsella, y de Flaminio, nacido en Roma. El padre de Amedeo se dedicó a una profesión tradicional de los judíos europeos: el préstamo, pero prestaba atendiendo más a las necesidades que a las garantías de sus clientes, y muy pronto debió recurrir él mismo a otros prestamistas, mucho más estrictos que él.

Eugenia estaba embarazada de Amedeo cuando los oficiales de la justicia se presentaron en su casa. Una vieja ley italiana sirvió para dar un respiro a la familia: todos los objetos que estuvieran sobre la cama de una mujer embarazada eran intocables. Flaminio y Eugenia acumularon en su cama de matrimonio todas las joyas y objetos de algún valor que aún poseían. Esa pequeña fortuna les sirvió para instalarse en una casa más modesta y tratar de comenzar una nueva vida. Flaminio se alejó de Livorno para probar suerte en la minería. Eugenia abrió una escuela de lenguas para señoritas, a la vez que se dedicaba a escribir cuentos y artículos literarios para algunos periódicos. Mientras tanto, criaba a sus cuatro hijos, y así es como Modigliani pasa su infancia entre la pobreza y la enfermedad.