Cristina Toledo, Moneiba Lemes, Daniel Jordán, Cristóbal Tabres y Roberto Rodríguez (Ro.Ro) son los cinco premiados en este concurso de artes plásticas que se celebra desde hace más de dos décadas con el objetivo de promocionar el talento artístico emergente del archipiélago, dinamizar el escenario juvenil en relación a las artes plásticas y propiciar el contacto entre creadores. Como premio, nuevas oportunidades: una exposición en dos espacios del archipiélago (entre mayo y julio) y ahora en el Espacio Canarias, que se completa con una visita a la Bienal de Venecia en los próximos días.
Canarias, Madrid y Venecia
La artista Cristina Toledo recurre a la memoria en su obra: “las memorias que saturan los lugares que fueron habitados, partiendo de las huellas que quedan en las paredes de los edificios cuando el contiguo es demolido”, explica. “Estas ruinas son testigos mudos del transcurrir del tiempo y nos invitan al juego de inventar pasados que nunca existieron”. Para ello, la artista parte de fotografías tomadas en espacios reales con las que elabora un imaginario propio.
Con Mapa del Océano, Moneiba Lemes hace referencia a un cuento de Lewis Carroll en el que un capitán de barco muestra a su tripulación un mapa con toda referencia geográfica borrada. “Es la representación de un terreno resbaladizo”, al que apunta también la obra de esta artista lanzaroteña, que se centra en el entorno. Su pintura tenue trata de captar con apenas unas pinceladas la atmósfera siniestra que envuelve la imagen y la cosa. Se trata de un proceso de búsqueda constante.
«Anaximandro de Mileto fue la primera persona que realizó un mapa. Sus coetános, al ver esta representación, se llevaron las manos a la cabeza, pues eses dibujo suponía tener una visión reservada sólo para los dioses”, explica Cristóbal Tabares, que en su proyecto artístico capta instantáneas de las ciudades desde un punto de vista que convierte al espectador en un demiurgo.
Musculatura perceptiva
En uno de los textos del catálogo que acompaña la muestra, José Saborit destaca cómo Daniel Jordán “desarrolla la musculatura perceptiva que posibilitará el diálogo humano y subjetivo con la exterioridad y con sus reflejos interiores”. El artista lo hace a través de una dura disciplina considerada desde siempre el último y más complejo desafío al que puede enfrentarse un pintor: la pintura del natural.
Con sus pinturas, Roberto Rodríguez (Ro.Ro) consigue que el ser humano deje de ser colectivo para convertirse en individual, “intentando mantener su ideología constante y ambigua y rechazando su herencia biológica a la vez que se procura un futuro estable”. Tres premisas mueven la obra: “aparentar que lo que nos rodea no es necesariamente lo que buscábamos”, “mantener un cierto aire macarra e inconformista que ayude a olvidar que lo que se está viendo es pintura”, y “procurar dosis de alcohol a raudales para procurarnos un entorno más apacible aprendiendo a captar al ser humano tal y como se muestra en un determinado momento de su vida”.
Madrid. Ganadores de la IX Bienal ‘Plácido Fleitas’. Espacio Canarias [1].
Del 7 de septiembre al 8 de octubre de 2011.