Hoy lunes, 12 de julio, concluye el plazo para presentar las propuestas al Ministerio de Cultura, aunque no será hasta dentro de dos años cuando el comité europeo que se encarga de la elección anuncie la ciudad española elegida, que compartirá el honor, y los ingresos, con una ciudad polaca en 2016. Pero en el caso polaco los jueces lo tendrán más fácil ya que «sólo» hay cinco ciudades candidatas: Varsovia, Lublin, Lódz, Torun y Poznan.
Pero antes de eso, en el próximo septiembre, se realizará una preselección en la que los representantes de cada ciudad podrán exponer las líneas más importantes de sus programas ante los 13 miembros que forman parte del comité de selección que tiene la última palabra y de la que saldrán alrededor de cuatro o cinco candidaturas, que serán las que un año después visiten los comisarios para evaluar, sobre el terreno y durante varios días, sus posibilidades.
Miembros del comité
Los miembros españoles del mencionado comité, que cuentan con el preceptivo visto bueno de la Comisión Europea, son Mireia Belil Boladeras, Enrique Cabero Morán, Emilio Cassinello Aubán, Javier Martín Domínguez, Cristina Ortega Nuere y Jordi Pascual Ruiz. El Consejo de la Unión Europea ha designado a Constantin Chiriac y Erna Hennicot-Schoepges. Por su parte, la Comisión Europea ha elegido a Manfred Gaulhofer y Robert Scout. Danuta Glondys y Andreas Wiesand han sido nombrados por el Parlamento Europeo. Finalmente el Comité de las Regiones ha elegido a Elisabeth Vitouch.
El proceso de selección consta de dos fases. La evaluación y preselección de candidaturas se producirá, de acuerdo con la Comisión Europea, los días 28, 29 y 30 de septiembre. La designación definitiva tendrá lugar aproximadamente en julio de 2011.
Desde 1985 hasta hoy, 33 ciudades han sido capitales europeas de la cultura, entre ellas tres españolas, Madrid (1992), Santiago de Compostela (2000) y Salamanca (2002).
Alcalá [1]
Candidatura centrada en la lengua y la literatura, por un lado, y en su modelo de ciudad de acogida por otro. Desarrollo económico, social e industrial, basándose en un modelo sostenible, en el que la lengua, las letras y la cultura hagan posible una gran ciudad universal, donde destaquen la identidad y la integración europea como símbolo y patrimonio de la humanidad. [2]
Burgos
La cultura como elemento central de la política territorial, prestando especial atención a las zonas más desfavorecidas y diseñando un proceso de reflexión abierto y participativo sobre su papel en la ciudad. Los cimientos de la candidatura son sus tres bienes Patrimonio de la Humanidad: la Catedral, el Camino de Santiago y los Yacimientos de Atapuerca, todo ello aderezado por un concepto argumental: La Evolución Humana. [3]
Cáceres
Ciudad Patrimonio de la Humanidad, su historia, sus monumentos, su cultura y la unánime voluntad de sus ciudadanos son sus mejores bazas. Quiere dotarse de grandes proyectos que impulsen el verdadero cambio que la ciudad espera, relanzándola económica, social y culturalmente.
Córdoba
Durante siglos ha sido ejemplo de convivencia entre pueblos. Esta herencia se refleja en su rico patrimonio histórico, artístico y cultural. Además, apuesta por una interacción constante entre cultura y ciudadanía.
Cuenca
Ciudad Patrimonio de la Humanidad, aporta su carácter de ciudad-paisaje en la que la arquitectura popular se ha fusionado con el entorno natural en que se asienta. Dispone de importantes equipamientos culturales que albergan programas de prestigio internacional en el ámbito de la música religiosa y el arte abstracto.
Islas Baleares [4]
Palma de Mallorca y las Islas Baleares se presentan conjuntamente como región insular/región metropolitana, un caso inédito en la historia de la capitalidad europea. Su punto fuerte: una diversidad cultural enorme y ejemplar para Europa.
Las Palmas de Gran Canaria
Una candidata situada en una encrucijada tricontinental. Su posición en el Atlántico, entre Europa, América y África, ha configurado su carácter intercultural. Un rico paisaje humano en el que se mezclan culturas y gentes que constituyen el día a día de una gran ciudad.
Málaga [5]
Apuesta por la cultura como línea estratégica del desarrollo de la ciudad, creando una amplia red de equipamientos culturales y una rica programación artística. Además, ofrece la potencialidad de la provincia, el patrimonio histórico-artístico, las infraestructuras, la internacionalidad de su sociedad y su capacidad de alojamiento.
Murcia [6]
Encrucijada de culturas y civilizaciones, es ciudad rica en contrastes entre lo urbano y lo agrícola, entre la luz y el agua y entre sus manifestaciones medievales y su patrimonio barroco. La ciudad como lugar privilegiado de construcción de ciudadanía y convivencia.
Oviedo [7]
Pone en valor el protagonismo histórico que ha tenido Asturias en la configuración de Europa y que, además, es un camino entre continentes merced al trabajo que han realizado muchas generaciones de asturianos en otras comunidades de España, Europa y en otros países del mundo.
Pamplona [8]
Música, exposiciones y espectáculos, museos, tres universidades, patrimonio histórico, pasión por el deporte, el folclore y la gastronomía y una ciudad verde que destaca sobre todo por su patrimonio humano.
San Sebastián [9]
«Olas de Energía Ciudadana». Esta idea central resume el alma de la candidatura en un mensaje claro: las personas y los movimientos ciudadanos son el verdadero motor de las transformaciones y de los cambios en el mundo.
Santander [10]
El Festival Internacional, la UIMP, el Concurso Internacional de Piano, Artesantander… Sin embargo, la ciudad quiere más. Europa es el escenario natural y el punto de referencia al que aspira para dar y recibir, para mostrar todo lo que es capaz y empaparse de todo aquello que la une a un espacio compartido por 500 millones de personas.
Segovia [11]
Propone una perspectiva ambiciosa, joven y estratégica, de innovación, apertura y diálogo, donde el ciudadano, las universidades y las empresas deben convertirse en los protagonistas, viviendo con curiosidad, reinventando y redescubriendo nuevos horizontes a través del arte y la cultura para revitalizar la ciudad y definir su posicionamiento en una Europa amplia y abierta.
Tarragona [12]
La impronta de las generaciones pasadas ha dejado un importante patrimonio histórico y cultural. El conjunto romano de Tarraco fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2000. Antes, en 1997, sucedió lo mismo con las pinturas rupestres del Abric de l’Apotecari. También cuenta con un importante patrimonio medieval y modernista y una intensa vida cultural.
Zaragoza [13]
El Primer Plan Estratégico de la Cultura transformará su modelo cultural en uno más contemporáneo y eficiente. Este cambio pasa por hacer de Zaragoza una ciudad creativa que reconozca en la política cultural uno de los mejores modos de convertirla en una ciudad más abierta y aún más acogedora y que se sirva para transformar su modelo urbano, reforzar su sostenibilidad y mejorar el bienestar de todos los ciudadanos.