La Catedral Vieja de Cartagena, como se conoce comúnmente la iglesia, está situada junto al teatro romano. Comenzó a construirse a finales del siglo XIII en estilo tardorrománico, apreciable todavía en algunos muros y pilares, pese a las numerosas modificaciones posteriores. Perdió el rango de catedral a los pocos años, al trasladarse la diócesis a Murcia después de la reconquista cristiana de esta ciudad. A finales del XIX, tras arruinarse una parte del ábside y del hastial norte, se restauró y reconstruyó con un criterio historicista que le confirió su actual aspecto neorrománico.
Problemas de estabilidad
El edificio, que solo conserva las cubiertas del lado sur, presenta graves problemas de estabilidad, tanto en lo que se refiere a la cimentación como a las estructuras. Apenas presenta acabados y, en muchos casos, están deteriorados o cubiertos por la vegetación en las terrazas, las cubiertas y la mayoría de los muros y pilares. También existen algunas grietas verticales en los muros y en las claves de los arcos, y otros daños relacionados con la falta de traba y de acabado del elemento de cubrición, lo que favorece enormemente la entrada de agua.
La intervención se centrará en la consolidación de las fábricas y los elementos constructivos, especialmente los muros y las bóvedas que conforman la cubierta de varias de las capillas. La estanqueidad de los muros se asegurará mediante morteros tradicionales de cal y arena, fórmula que se aplicará también a los rejuntados, mientras que para los retacados se empleará material pétreo o cerámico similar al existente.
La consolidación de las grietas se efectuará mediante la inyección por gravedad de mortero en el interior de las mismas, seguida de un cosido mediante barras de fibra de vidrio y morteros bastardos de consistencia fluida.
Cúpulas, cornisas y paramentos
En las capillas se ha proyectado el levantamiento de las soleras y solados, incluso los rellenos existentes y, en su caso, la ejecución de nuevos solados pétreos. También se restaurarán las cúpulas, cornisas y paramentos, lo que incluirá una limpieza superficial.
Otras tareas previstas en el conjunto del edificio son la reparación de las terrazas y los pasos entre las cubiertas, la ejecución de emplomados en las zonas más expuestas a la lluvia y la evacuación adecuada de las aguas, así como la eliminación de los restos de morteros de cemento en los paramentos.