La obra de Cornelis Zitman mitifica la escultura. Muchos críticos hablan de su obra como de escultura «a la vista», sin simulaciones, explícita y basada en el sólido deseo de representar lo visible y tangible. Su trabajo destaca por sus personajes, que reproducen y exageran la morfología de los indígenas de Venezuela y de la isla de Granada, especialmente la figura femenina. En Zitman, el hecho de crear está tan estrechamente vinculado a la intimidad de su vida que su escultura parece estar fundada en esa complicidad entre la duda y el pensamiento, entre el hacer y lo desconocido.
Periplo vital
Cornelis Zitman (1926), hijo de una familia de constructores de Leiden (Holanda), asistió a la Academia de Bellas Artes de la Haya. En 1947, en desacuerdo con las acciones políticas holandesas en Indonesia rehúsa hacer el servicio militar y abandona su país. Llega en septiembre a Venezuela como marino de un petrolero sueco. Allí montó una fábrica de muebles y siguió dibujando en sus ratos libres. Durante su estancia de tres años en la isla de Granada, Zitman comenzó a crear esculturas inspirándose en la población nativa.
A continuación vivió otros tres años en Holanda, aprendiendo las técnicas de fundición con el escultor Starreveld. En 1964, la familia Zitman se estableció en un antiguo molino de caña de azúcar ubicado en las colinas que rodean Caracas. El Trapiche se ha convertido en un lugar casi mítico donde sus esculturas –la raza zitmaniana– han evolucionado junto a la arquitectura y la voluptuosa naturaleza del entorno.
Su primera obra escultórica se exhibió en 1968 en el Museo de Bellas Artes de Caracas. Poco después, el escultor recibió la visita de Dina Vierny, la famosa modelo de diversos artistas que había establecido una próspera galería de arte en el París de la posguerra y fundaría en 1995 el Musée Maillol. La visita de Vierny no sólo desembocó en la adquisición de muchas de sus obras, sino que marcó el comienzo de su carrera internacional, realizando exposiciones por todo el mundo.
Extensa muestra
Esta muestra se inauguró en el Museo Beelden aan Zee, en 2006, donde se expusieron por vez primera todas las piezas que hoy visitan Conde Duque. En la muestra, comisariada por Carlo Armas Ponce, se exponen 103 esculturas, 25 dibujos y un óleo. Las obras proceden, además del propio Museo Beelden Aan Zee, del Museo Maillol, así como de colecciones particulares y la colección personal del artista.
Zitman en Madrid ha sido organizada por el Ayuntamiento de Madrid y cuenta con la colaboración de la Embajada de los Países Bajos, la Embajada de Venezuela, el Museo Beelden Aan Zee de la Haya (Holanda) y el Museo Maillol de París.
Nuevas salas de exposiciones El nuevo Conde Duque presenta, como uno de sus rasgos más significativos, el importante crecimiento abordado por sus espacios expositivos hasta alcanzar los 5.929 metros cuadrados. En torno al patio sur destacan cuatro nuevas salas, a las que se suma una preexistente, la de Bóvedas. Han sido concebidas y diseñadas para poder dar cabida a todas las disciplinas y lenguajes del mundo del arte. Además, su principal virtud reside en el hecho de poder funcionar de manera independiente, o conectadas entre sí, pudiendo extender incluso la zona expositiva hasta el propio patio. La Sala 3, ubicada en el lado oeste del patio sur (bajo el nuevo teatro) cuenta con 978,68 metros cuadrados de superficie y se caracteriza por la plasticidad de sus muros de ladrillo y por una arquitectura en la que predominan los espacios abovedados. Por ello, y aunque atenderá a cualquier temática y disciplina, en líneas generales dedicará una especial mirada a la obra de arte en tres dimensiones. |
Madrid. Zitman en Madrid. Conde Duque.
Hasta el 16 de octubre de 2011.