Se trata de las muestras sobre Elmgreen & Dragset, Marina Nuñez, Kirstine Roepstorff y Mateo López organizadas por el museo de León siguiendo las premisas que, desde su nacimiento en 2005, han caracterizado a esta institución: el compromiso con el presente y con el arte contemporáneo, en la acepción más estricta del término.
Recordando lo olvidado
Trying to Remember What Once Wanted to Forget (Intentando recordar aquello que quisimos olvidar), comisariada por Agustín Pérez Rubio, es la exposición más extensa que se ha realizado sobre Elmgreen & Dragset, grupo compuesto por la pareja de artistas nórdicos Michael Elmgreen (Copenhague, 1961) e Ingar Dragset (Trondheim, 1966), que comenzó su carrera artística a mediados de la década de los noventa con instalaciones y acciones que destacaron por su fuerte carga social y política y por su análisis de cuestiones de género y de identidad gay.
Ahora presentan en el MUSAC doce grandes instalaciones, seis de las cuales han sido creadas específicamente para esta exposición. En total, ocuparán más de 2.500 metros cuadrados del espacio expositivo del museo, en los que indagarán a través de sus obras en la relación entre lo público y lo privado, lo personal y lo colectivo. Los artistas han creado una serie de espacios domésticos sui generis ante los que el espectador decidirá como actuar, pudiendo penetrar en ellos o contemplarlos desde la distancia.
FIN, de Marina Núñez
Una segunda muestra, titulada FIN, es una exposición monográfica de la artista Marina Núñez compuesta por varios vídeos y una gran instalación pictórica realizada digitalmente en 3D. Marina Núñez (Palencia, 1966) es una de las artistas españolas con mayor proyección, su obra ha estado en un principio centrada en discursos de género y ligada a la pintura, pero la artista palentina ha experimentado en los últimos años con las nuevas tecnologías y sus obras se adentran en una profunda reflexión sobre la condición humana y su evolución.
En FIN la figura humana y sus metafóricas transformaciones se convierten en protagonistas de una serie de trabajos en las que la artista plasma una oscura visión futurista con múltiples influencias que van desde el Bosco a la Play Station.
La influencia del sonido
La tercera gran exposición tendrá como protagonista a la danesa Kirstine Roepstorff (Copenhague, 1972) y se titulará The Inner Sound that Kills the Outer (El sonido interior que ahoga el exterior).
En ella se analizará su variada obra que, aunque trabaja y explora con distintas disciplinas, siempre tiene el collage como elemento generador de sus procesos artísticos y creativos.
Junto a los varios collages expuestos, que derivan de una herencia dadaísta muy en la línea de Hanna Höch, podremos ver Quiet Theatre, una gran instalación teatral que constituye una escultura tanto física como lingüística.
Instalación Deriva
La cuarta exposición se inaugurará en Laboratorio 987 y presentará a Mateo López (Bogotá, 1977), uno de los artistas iberoamericanos más prometedores de su generación. Podremos disfrutar de una gran instalación que combina dibujo, fotografía y escultura.
Las obras que componen la instalación, titulada Deriva, son testimonios del proceso de desarrollo de un libro (con el mismo nombre) que el artista está realizando para la Trienal Poligráfica de Puerto Rico. Esta obra continúa con la exploración de la temporalización del espacio, línea creativa sobre la que comenzó a indagar en uno de sus trabajos anteriores más importantes, llamado Diario de Motocicleta, una instalación formada también por fotografías, esculturas, “object trouvé" y maquetas que a su vez son testigos de un largo viaje que realizó el artista por tierras colombianas.
A partir de hoy el MUSAC [1] se convierte en un destino fundamental para todos los amantes del arte más Contemporaneo.
Y además… Point d’ironie Además, el MUSAC presenta desde hoy en sus Vitrinas el proyecto Point d’ironie, una publicación creada en 1997 por la diseñadora francesa agnès b. en colaboración con el comisario suizo Hans Ulrich Obrist y el artista francés Christian Boltanski. Desde su creación, y alrededor de cuatro veces cada año, un artista se apropia del espacio papel de Point d’ironie en lo que constituye un proyecto editorial híbrido: mitad revista, mitad póster. En esta publicación, el formato es lo único que permanece inmutable entre número y número: un tabloide de 8 páginas al que cada artista se enfrenta de manera única. Para las Vitrinas de MUSAC la comisaria y encargada de edición de Point d’ironie, María Inés Rodríguez, ha ideado una instalación donde toda la colección de la publicación, desde su primer número hasta el más reciente, empapelará el espacio. Además, se repartirán de forma gratuita 10.000 ejemplares de la revista, correspondientes a las intervenciones de los artistas Robert Crumb, Hugues Reip y Melanie Counsell, entre otros. Point d’ironie [2] no es una revista sobre arte, sino un espacio que es intervenido por cada invitado: artista, arquitecto, músico, director de cine, etc. La idea es ofrecer de manera gratuita obras de arte en soporte papel en la era de la comunicación electrónica, dar la posibilidad de tocar, leer (o no), exhibir, enmarcar, archivar, tirar o envolver regalos con ellas… En definitiva, un formato destinado a aparecer y desaparecer. |