La retrospectiva ha recibido más de 330.000 visitantes, lo que la convierte en la monográfica más vista en la historia de la Galería Nacional y sólo por detrás de una exposición colectiva sobre Impresionismo francés. Sólo entre las 17.00 horas del sábado pasado y la misma hora del domingo, visitaron la muestra más de 15.000 personas.
La larga espera de los aficionados estuvo amenizada con conciertos, actividades y representaciones artísticas, conciertos de jazz, punk, blues y música parisina de los años 20, además de actos de cabaré y obras multimedia, realizadas por el personal de la NGV durante una visita a España.
La muestra, titulada Salvador Dalí, Liquid Desire!, organizada por la NGV junto con la Fundació Gala-Salvador Dalí de Figueres y el Salvador Dalí Museum de San Petersburgo (Florida), reunía más de 200 obras del creador, entre pinturas, dibujos, acuarelas, grabados, esculturas, moda, joyería, cine y fotografía, que provenían de las dos mayores colecciones de Dalí en el mundo.
La excelencia de Dalí
Esta exposición mostró la excelencia de Dalí a través de secciones cronológicamente ordenadas, la primera de las cuales ofrecía al visitante un hábil joven pintor impresionista gracias a la que se considera su primera obra maestra: Autorretrato con cuello rafaelesco.
A continuación, la muestra, comisariada por Montse Aguer, directora del Centro de Estudios Dalinianos de la Fundació Gala‐Salvador Dalí; Joan Kropf, curator del Salvador Dalí Museum de Florida, y Tedd Gott, curator de la NGV, se centraba en la experimentación con el cubismo, el arte abstracto, el neoclasicismo y el nuevo objetivismo que Dalí llevó a cabo durante su época de estudiante, así como su liderazgo dentro del movimiento surrealista en el París a los años 30.
Salvador Dalí: Liquid Desire también incluía la obra más significativa de Dalí en una colección australiana: El teléfono langosta, que se encuentra en la National Gallery of Australia. Los espectadores también pudieron contemplar la contribución de Dalí al cine del s. XX, empezando por su colaboración con Luis Buñuel, pasando por su implicación con Alfred Hitchcock y con otros directores de Hollywood.