Según ha informado la propia cadena –que esta mañana fue clausurada por el Gobierno–, un número no determinado de antigüedades resultó dañado –se habla de dos momias destruidas–, en un saqueo que nada tiene que ver con las reivindicaciones que estos días están llevando a cabo los ciudadanos egipcios.
De hecho, en plena refriega entre manifestantes y policía, y con el Ejército desplegándose por las calles, cientos de jóvenes formaron un cordón humano para proteger el Museo, mientras se creaban comités de barrio para proteger a la capital de los saqueadores, en el quinto día de manifestaciones sin precedentes en la historia reciente del país.
«Me sentí profundamente dolido cuando llegué por la mañana (ayer) al Museo Egipcio y descubrí que habían tratado de asaltarlo durante la noche», declaró Zahi Hawass, presidente del Consejo Supremo de Antigüedades, en la televisión estatal. «Ciudadanos egipcios intentaron detenerlos y se les unió la Policía de Turismo, pero algunos saqueadores lograron penetrar desde arriba y destruyeron dos de las momias».
Las imágenes muestran a los soldados recorriendo las salas del Museo, en cuyo suelo se pueden apreciar cristales rotos y antigüedades más o menos dañadas. La célebre institución museeística se encuentra en el epicentro de los enfrentamientos entre la policía y miles de manifestantes, que piden la dimisión del presidente del país, Hosni Mubarak. Al parecer, nueve saqueadores han podido ser detenidos por los soldados gracias a la colaboración ciudadana. El Ejército ocupa en estos momentos la instalaciones.
En la noche del viernes también se incendió la sede del Partido Nacional Democrático de Mubarak, situado junto al Museo. La ausencia de la policía en las calles de todo Egipto está facilitando numerosos actos vandálicos.