El primer contacto directo con la obra de los artistas que en aquel momento lideraban la escena artística en París supuso una revelación para el genio de Málaga. Su reacción fue inmediata y se tradujo tanto en el descubrimiento de nuevas técnicas pictóricas y gráficas como en su compromiso con nuevos temas basados en sus nuevas experiencias con la vida y el arte modernos. Además, el suicidio en Montmartre de su amigo de Barcelona Carles Casagemas genera obras que deliberadamente evocan la paleta y la pincelada de Van Gogh.

Rasgos habituales

Uno de los aspectos más importantes de esta exposición es mostrar aquellos rasgos habituales en la obra de Picasso. No fue nunca un imitador (ninguna obra de Picasso puede ser confundida con otra), pero siempre se ayudó de los descubrimientos de sus contemporáneos, así como de la historia del arte, a fin de forjar un estilo personal. En 1907, Picasso se había convertido en un artista reconocido internacionalmente y sus recursos de trabajo y experimentación, que son el foco de los años que abarca esta exposición, son los mismos que sustentaron toda su carrera.

Esta muestra, que se mostrará en Barcelona a partir de julio, reúne 70 obras, tanto de Picasso, entre las que se encuentran obras maestras como Autorretrato con paleta o Moulin de la Galette, como de artistas como Cézanne, Toulouse-Lautrec, Bonnard, Rodin, Steinlen y Gauguin y, en particular, Van Gogh, entre otros –cuyo prestigio se encontraba en su cenit en el París de la época–, con la voluntad, no de compararlas entre sí, sino de dar una idea del estímulo visual que la vida y el arte parisinos representaron para Picasso durante la primera década del siglo XX.

Ámsterdam (Países Bajos). Van Gogh Museum.

Del 18 de febrero al 29 de mayo de 2011.

Barcelona (España). Museu Picasso.

Del 1 de julio al 16 de octubre de 2011.

Comisaria: Marilyn McCully.

Más información: Picasso, de París a Ámsterdam y Barcelona