- hoyesarte.com - https://www.hoyesarte.com -

Otoño español en la Frick Collection de Nueva York

La extraordinaria personalidad de los más destacados dibujantes españoles es el tema de esta exposición, que presenta más de cincuenta obras procedentes de museos públicos y colecciones privadas del Noreste de los Estados Unidos, como el Metropolitan Museum of Art, la Hispanic Society of America, la Morgan Library & Museum, el Princeton University Art Museum y el Philadelphia Museum of Art.

Dibujos espectaculares

La muestra incluye raros dibujos de Francisco Pacheco y Vicente Carducho, y varios dibujos espectaculares a la tiza roja de Ribera. La exposición continúa con bocetos rápidos y dibujos a la aguada más terminados de entre la rica producción de Murillo, junto con otros ágiles de Francisco Herrera el Viejo y su hijo y del artista madrileño Juan Carreño de Miranda, entre otros.

La segunda parte de la exposición incluye 22 obras de Francisco de Goya, cuyos dibujos rara vez se estudian en el contexto esclarecedor de los dibujantes españoles que le precedieron. Estas obras, en su mayor parte provenientes de sus álbumes privados, dan cuenta de la continuidad entre los intereses temáticos y los de sus predecesores, así como de su imaginación enormemente fértil.

Alonso Cano

Entre los descubrimientos que ha conllevado la organización de la muestra destaca un boceto de Alonso Cano para un altar de la Capilla de San Diego de Alcalá, en el convento de Santa María de Jesús, del siglo XVII, hoy en la Morgan Library, y que se considera una obra maestra de la producción en papel de este artista.

Son comisarios de la muestra Jonathan Brown, catedrático del Institute of Fine Arts de la New York University; Lisa A. Banner, investigadora independiente, y Susan Grace Galassi, conservadora en la Frick Collection.

Interés tardío

En su ensayo de introducción al catálogo de esta muestra, Jonathan Brown atribuye a varios factores la tardanza en el desarrollo de un interés por el dibujo español. Uno de ellos tiene que ver con una percepción errónea. Algunos de los maestros más importantes del Siglo de Oro español –como El Greco, Velázquez y Zurbarán– pintaban directamente sobre lienzo y han dejado muy pocos dibujos. El hecho de que éstos dejaran a un lado el proceso tradicional de desarrollo de una composición por medio de estudios preparatorios llevó a que se asumiera que sus contemporáneos no estaban demasiado interesados en el dibujo.

Sin embargo, apunta el profesor Brown, la profunda significación del dibujo para los artistas del Siglo de Oro queda sustanciada no sólo por pruebas materiales, sino por los escritos de teóricos influyentes que hicieron hincapié en su importancia: “Dibuja, especula, y dibuja más” es el consejo del maestro al aprendiz cuando éste le pregunta qué hace falta para ser un gran pintor en el tratado Diálogos de la Pintura de Vicente Carducho (1634).

La Real Academia de San Fernando en Madrid se fundó en 1752, y el plan de estudios colocaba al dibujo en la base de toda actividad artística, un sistema educativo que no cambió desde tiempos de Goya hasta Picasso.

El interés relativamente tardío por el dibujo español está también relacionado con su uso en la Península Ibérica. En el siglo XVII, los dibujos a menudo se agrupaban en lotes tras la muerte de un pintor, y eran comprados por otros artistas como material de trabajo. Con frecuencia se clavaban a las paredes para usarlos como modelo de asuntos, estilos, y técnicas, y muchos de ellos acabaron hechos jirones de tanto uso.

Pérdidas trágicas

Además, en la España del siglo XVII había muy pocos connoisseurs interesados en conservar el trabajo de sus compatriotas, aunque algunos coleccionaban dibujos italianos. Los coleccionistas de dibujos españoles no emergieron hasta la edad de la Ilustración. Entre los más notables estaban Gaspar Melchor de Jovellanos y Juan Agustín Ceán Bermúdez, que adquirieron dibujos de maestros españoles contemporáneos y anteriores; ambos fueron patronos importantes de Goya.

El trabajo de estos coleccionistas pioneros continúa hoy, aunque entretanto se han sucedido algunas pérdidas trágicas. La colección de Ceán Bermúdez se dispersó tras su muerte, y la colección histórica de Jovellanos fue destruida durante la Guerra Civil. Pero no faltan ejemplos de dibujos españoles, aunque existan en menor número que los de las escuelas holandesa o italiana.

Retrato de Felipe IV

The Frick Collection también mostrará, desde el 26 de octubre al 23 de enero del año próximo, su Retrato de Felipe IV, de Velázquez, una obra restaurada recientemente en los talleres del Metropolitan Museum of Art.

La obra se presentará en el contexto de una exposición monográfica organizada por el antiguo ayudante de conservación, Pablo Pérez d’Ors. El Rey De Guerra: El Retrato De Felipe IV por Velázquez revelará los hallazgos realizados cuando el cuadro fue limpiado por primera vez en más de sesenta años y nueva información sobre su función y el significado de la representación del rey vestido de soldado.

La antigua mansión de Henry Clay Frick es una de las pequeñas colecciones de arte más interesantes de Nueva York. El magnate de la metalurgia se trasladó a la ciudad en 1913 y se hizo construir una casa que, tras su muerte, fue restaurada para acondicionarla como museo. Cuenta con 16 galerías y entre sus piezas más destacables están San Juan Evangelista de Piero della Francesca, así como tres cuadros de Johannes Vermeer.

 

A la manera española

Las obras escogidas para esta muestra reflejan una predisposición por lo que los conservadores han definido como una “manera específicamente española” en el dibujo, diferente del arte italianizante producido al mismo tiempo. Muchos artistas españoles viajaron a Italia y adquirieron las nociones básicas del dibujo de figuras y de la perspectiva que aparecieron en Roma y Florencia durante los siglos XV y XVI, que los teóricos y académicos españoles proponían como ideales clásicos. Sin embargo, como apunta Brown, sin el substrato intelectual del humanismo, en el que se basaban estos ideales, los artistas de la Península Ibérica tomaron a menudo una ruta alternativa, que considera al clasicismo como una opción más entre otras muchas. Desarrollaron técnicas originales e ideosincráticas, exporaron una amplia gama de experiencias emocionales, y se apartaron con libertad de las convenciones a la hora de representar la figura humana –todos estos son aspectos de “la manera española”. La atracción del sistema riguroso y disciplinado del clasicismo, y la libertad con la que los artistas españoles lo usaron y le hicieron frente, quedan plasmadas de varias maneras en esta selección.

 

Nueva York. The Spanish manner, drawings from Ribera to Goya. The Frick Collection [1].

Del 5 de octubre de 2010 al 9 de enero de 2011.