ha pedido que tiren la obra al río. Así lo ha afirmado el artista en unas declaraciones al Diario de León en las que manifiesta su enfado por el tiempo transcurrido y en las que añade que si se arroja la creación al Bernesga se "crearía el primer museo subfluvial del mundo".
Tal y como están las cosas, Arroyo dice que ha "perdido toda esperanza de que se vaya a arreglar el problema. No tengo ni edad ni ilusión para continuar, no creo que las vea instaladas en mi vida", aseveró, para concluir que "lo que no veo es auténtica voluntad para instalar las piezas".
El alcalde de la ciudad, Francisco Fernández, aseguró hace unos días que el conjunto se va a instalar próximamente en la plaza de Santo Martino, una vez recibida la autorización de la Comisión de Patrimonio. Sin embargo -según el rotativo leonés-, la Delegación de Cultura de la Junta de Castilla y León en la provincia se opone a su instalación con el argumento de que no consta la autorización del propio artista. "No sabemos si Eduardo Arroyo acepta o no el proyecto tal y como está aquí presentado", declaró al diario Jesús Courel, máximo representante de Cultura.
Defectos del proyecto
Además, la Delegación argumenta que el consistorio no ha presentado la información técnica imprescindible para el montaje de los elementos: no se detalla ni cómo deben ir ancladas las moscas al muro ni la estructura del unicornio o la iluminación cenital de la celda, otra de las obras.
Pero no acaba ahí las deficiencias del proyecto, según la Delegación de la Junta. Las moscas irían ancladas a la iglesia de los Descalzos, que hoy forma parte del Archivo Histórico Provincial, patrimonio del Estado, por lo que sería necesaria la autorización del Gobierno central para su instalación, algo que tampoco consta en la notificación.