La espera ha merecido la pena. Queda la esencia y poco más de aquella primera idea que manejó con el fallecido Rafael Azcona. Pero la esencia, sí. Esa que con la ayuda del guionista Jean-Claude Carrière (que escribiera en su momento para Buñuel y Polanski) ha fraguado en una cinta en blanco y negro llena de sutileza y gusto: una belleza.
Francia en guerra
En la Francia de la Segunda Guerra Mundial, una joven española huida de un campo de concentración es acogida por una pareja de ancianos en un pueblecito de los Pirineos. Él es un viejo escultor que ha perdido la ilusión por casi todo; el arte incluido.
Poco a poco, mientras ella posa como modelo y él intenta recuperar la inspiración, despertar al artista que albergaban sus manos, irá surgiendo una especialísima relación. La belleza y la creación, la juventud y el paso del tiempo, la vida y la muerte… van surgiendo en sus conversaciones desde perspectivas que, situadas en principio en las antípodas, están abocadas a aproximarse.
Sin artificio
Rodada en blanco y negro sin artificio alguno El artista y la modelo destila verdad, lo que no es poco en los tiempos que corren. La ayuda de Aida Folch y Jean Rochefort, que actúan como si no lo estuvieran haciendo, es decisiva para el espléndido resultado final.
Pero además, el fondo y la forma, -el tema abordado y la ausencia de afectación a la hora de tratarlo-, permiten que aflore todo el saber cinematográfico que Trueba ha ido acumulando. En opinión de quien esto escribe es, con bastante, su obra más conseguida, su apuesta más honda y personal.
Al contemplarla cobran fuerza sus retadoras palabras: «El arte no es mirarlo, ni escribir sobre ello, ni una pintura colgando, es mientras se hace…». Con El artista y la modelo lo ha logrado.
Trailer EL ARTISTA Y LA MODELO from Ferdinand de Beauregard on Vimeo.
Director: Fernando Trueba
Intérpretes: Jean Rochefort, Aida Folch, Claudia Cardinale y Chus Lampreave
España / 2012 / 104 minutos