Bajo el título Objetos vivos. Figura y naturaleza muerta en Picasso, la muestra presenta 68 pinturas, dibujos y grabados, la mayoría autoría de Picasso, entre las que destacan Naturaleza muerta con guitarra, del Stedelijk Museum de Amsterdam, Mandolina, frutero, botella y pastís, del Metropolitan de Nueva York, Mandolina y guitarra, del Guggenheim de Nueva York y Naturaleza muerta con mandolina, de la National Gallery de Irlanda, que se podrán visitar en el museo barcelonés hasta el 1 de marzo de 2009.

Según el comisario, “Picasso transformaba figuras en objetos y objetos en figuras, creaba objetos que también eran figuras y, desde 1907, éste abrió su obra a la metamorfosis y se dedicó cada vez más a convertir una cosa en otra". Además, Green también afirmó que hasta ahora no ha habido una exposición que se haya ocupado de la oscilación entre lo animado y lo inanimado en la obra picassiana: "objetos que viven y figuras tan muertas como los objetos".

Buen ejemplo de ello serían unos primeros cuadros de 1907-1908, poco expuestos dado que proceden de colecciones privadas barcelonesas, en los que las hojas de un árbol se convierten en caras y los árboles se pueden convertir a su vez en cuerpos.

Proceso de matamorfosis

Este proceso de metamorfosis tuvo su cénit en el momento en que Picasso entró en contacto con los círculos surrealistas, con los diseños que realizó para el ballet "Mercure" y las naturalezas muertas de 1924, en las que los objetos parecen actores en el escenario o aparecen troceados como si fueran partes de un cuerpo.

Para Green, la exposición permite, en un primer nivel de lectura, viajar por la imaginación de Picasso a través de una selección de diversas secuencias de obras del pintor, en un equilibrio entre lo vivo y lo muerto, sin permitir que ni la ida ni la muerte alcancen una victoria final y definitiva.

Las obras expuestas en Objetos vivos. Figura y naturaleza muerta en Picasso vienen de instituciones del máximo prestigio, como el Pompidou de París, el Museo de Philadelphia, el Metropolitan de Nueva York, el Reina Sofía y el Museo Thyssen de Madrid o el Detroit Institute of Fine Arts.

El director del museo barcelonés ha agradecido la colaboración de los herederos del artista, que han cedido obras, en su mayoría inéditas, entre ellos grandes cuadros inacabados reveladores de la tesis de Green, como Hombre sentado en un sillón (1916) o Instrumentos de música y frutera sobre una mesa (1915).

Relación con el teatro

La exposición ilustra también la relación de Picasso con el teatro con el proyecto del ballet "Mercure" (1924), para el que realizó trece cuadros gigantes en los que trabajó libremente con el "alfabeto" de los dioses, los humanos y las bestias, procedentes de la mitología grecorromana.

Al final del recorrido expositivo, varias obras del período 1924-1926 remiten al momento en que Picasso recurre al tema de la naturaleza muerta para introducir un erotismo cada vez más violento en su pintura, piezas en las que dota de forma orgánica a los objetos, a los que dispone como partes del cuerpo y que corta marcando sus líneas en la pintura fresca.

Es el caso de Instrumentos de música sobre una mesa (1925), procedente del Reina Sofía, o de Naturaleza muerta (1925), un cuadro que prefigura el informalismo treinta o cuarenta años antes.

 

Barcelona. “Objetos vivos. Figura y naturaleza muerta en Picasso”. Museo Picasso de Barcelona.

Hasta el 1 de marzo de 2009.

Comisario: Christopher Green, Profesor emérito del Courtauld Institute of Art de Londres.