Botero, quien dedicó trece meses al tema de Abu Ghraib para denunciar las torturas cometidas por militares de Estados Unidos en la cárcel iraquí, ha asegurado que después de "haber dicho todo lo que tenía que decir" en este tema reencontró la paz consigo mismo. A partir de entonces, el pintor comenzó a trabajar en temas más amables y, por casualidad, se reencontró con el mundo del circo en México.
Su propio circo
A pesar de que el circo y todo lo que le rodea ha fascinado históricamente a numerosos artistas, caso de Toulouse-Lautrec, Seurat, Picasso o Léger, entre otros, Botero asegura que cada uno ha visto su propio circo y tiene su propia visión, lo que enriquece la historia del arte.
El autor colombiano, que no exponía en Londres desde 1983, apuesta claramente por un arte figurativo y concede mayor importancia a la personalidad del pintor de una forma clara y culta para que pueda expresar lo que siente. Tras haber dedicado dos años al mundo del circo, Botero ha comenzado a trabajar con naturalezas muertas, un tema que siempre le ha sido cercano y con el que considera se puede decir mucho y con gran libertad.
Londres. Fernando Botero. The Circus. Thomas Gibson Fine Art [1].
Del 4 de marzo al 8 de abril de 2009.