El ayuntamiento está planteándose la posibilidad de permitir que el público vote antes de que los murales pintados en edificios, paredes, cercas, etc. sean eliminados por los servicios de limpieza. Si los ciudadanos deciden que les gusta, el trabajo se mantendrá en su sitio.
La decisión se produce después de que la exposición Banksy versus Bristol Museum haya finalizado con más de 300.000 visitas en poco más de tres meses procedentes de medio mundo y con colas de hasta seis horas.
Votación en Internet
Como parte de su política oficial de «tratar de definir y apoyar la exhibición de arte público», el consistorio se ha comprometido a que «donde la gente nos diga que los murales suponen una contribución positiva al medio ambiente local, y el dueño de la propiedad no haya formulado ninguna objeción», el grafiti no se eliminará. La votación se hará a través de una página de internet donde se publicarán las fotografías de los diferentes trabajos y se pedirá al público que exprese sus opiniones sobre ellas.
Este cambio en la política municipal se produce después de que una obra de Banksy que muestra a un hombre desnudo escondido, colgando de una ventana mientras que el compañero de su amante le está buscando, apareciera en 2005 en un edificio oficial, desatando un tremendo debate sobre si debía ser eliminada. El ayuntamiento realizó una encuesta on line y resultó que el 93% de los votantes deseaba que se mantuviera.
Como era de esperar, los defensores del arte tradicional están en contra de la idea. «Estas dos palabras “grafiti» y «arte» nunca deberían haberse puesto juntas», ha dicho el crítico de arte Brian Sewell, quien agregó que “el ayuntamiento estaba loco» y que «el público no sabe distinguir el bien del mal».
Vergüenza municipal
«Que esta ciudad sea guiada por la opinión de gente que no sabe nada de arte es una locura. No importa si a ellos (el público) les gusta. Dará lugar a una proliferación de decoración completamente aleatoria, por no decir otra palabra peor», dijo también Sewell.
Pero el Ayuntamiento de Bristol no puede olvidar la cruz que lleva arrastrando desde 2007, cuando un mural de Banksy valorado en más de 100.000 libras fue borrado por sus trabajadores del servicio de limpieza. Desde entonces, han dado la orden de que todos los trabajos de este artista sean preservados. Pero el problema está en que tampoco se sabe con exactitud qué es de Banksy y qué no.