Su director, Tarek al Awadi, explicó hoy que las desaparecidas «no son las principales piezas del museo», pero subrayó que todas forman parte del patrimonio histórico egipcio y que, por esta razón, «cuando falta un objeto, o incluso una pequeña parte, es una catástrofe».
Entre las piezas dañadas está una estatua de madera dorada de Tutankamón sobre un esquife y lanzando un arpón que los asaltantes rompieron y de la que solo quedan los pies, el brazo derecho, el arpón y un aro de bronce que el faraón llevaba en una mano. Además, han desaparecido decenas de estatuillas de bronce y piedra que representaban dioses egipcios, así como joyas y figuras de madera en forma de sarcófago con inscripciones jeroglíficas doradas.
Al Awadi, que fue nombrado para el cargo 40 días antes de que el museo fuera atacado la noche del 29 de enero, reveló que la institución ha hecho llegar el inventario de antigüedades desaparecidas a la UNESCO y a todas las agencias nacionales e internacionales que puedan ayudar a recuperarlas.
El director recordó que las antigüedades robadas están catalogadas, por lo que no pueden venderse ni exponerse en circuitos legales. «No descansaremos hasta encontrar la última pieza», concluyó.
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