Esta colección, una de las mejores de escultura clásica de Europa, fue adquirida en el siglo XVIII por el Rey de Polonia y Sajonia Augusto II el Fuerte y cuenta con piezas de gran relevancia histórica y artística, como el Efebo de Dresde de la Escuela de Policleto, el Zeus de Dresde y la Atenea Lemnia, ambas de Fidias, o la Ménade de Dresde, que compartirán escenario, hasta el 12 de abril del próximo año, con 20 esculturas clásicas de los propios fondos del Prado gracias a un acuerdo excepcional entre ambas instituciones con ocasión del cierre temporal del Albertinum .
Historias hermanas
La historia de la colección de Dresde y la de los fondos del Prado tienen más puntos en común de lo que, en un principio, puede parecer. Durante el reinado de Federico Augusto II (1670-1733) llegaron varias colecciones muy importantes de Roma a Dresde, como la colección de bustos antiguos de Giovanni Bellori, regalo del Rey Federico Guillermo I de Prusia a Augusto II en 1726, o la numerosa colección del príncipe Agostino Chigi y la exquisita colección del cardenal Albani, recibida dos años más tarde. Pasada una década fueron adquiridas de la herencia del príncipe Eugenio las tres Diosas de Herculano.
Otro interesante grupo de obras son esculturas originales griegas y helenísticas, adquiridas durante los siglos XIX y XX por el Albertinum, institución que contó con la colección más prestigiosa de esculturas clásicas de Alemania hasta mediados del siglo XIX, y que, debido al bombardeo de Dresde y a su posterior traslado a la Unión Soviética, quedó algo olvidada.
Obras destacadas
Cada uno de los tres grandes apartados en los que se ha dividido la exposición representa una época distinta del arte grecorromano, además de un tema específico.
En este circuito, y entre las 46 obras que la dirección del Albertinum ha cedido temporalmente, destacan por su relevancia el Zeus de Dresde y el Efebo de Dresde, réplicas romanas de la Atenea Lemnia de Fidias, el Sátiro escanciando vino de Praxíteles, la Ménade de Dresde y las dos Diosas de Herculano.
Además, también se podrán contemplar esculturas griegas, entre ellas tres relieves sepulcrales áticos, tres terracotas policromadas de Tanagra, una serie de esculturas helenísticas de Alejandría y de otros centros y algunos retratos romanos de gran calidad.
Desde hoy, la colección de Dresde servirá como testimonio no sólo del modo de trabajar de los maestros del pasado, sino que podrá acercar al espectador más inquieto el gusto del siglo XVIII, centuria en la que la colección alemana se consolidó. Se expondrán también obras adquiridas en el siglo XIX y se rescatarán algunas que durante el siglo XX permanecieron maltratadas por la historia.
Madrid. Entre dioses y hombres. Esculturas clásicas del Albertinum de Dresde y del Museo del Prado. Museo Nacional del Prado [1].
Del 4 de noviembre al 12 de abril de 2009.
Comisarios: Stephan F. Schröder (Madrid), Moritz Woelk y Kordelia Knoll (Dresde).