A Chardin se le considera uno de los pintores más importantes de todos los tiempos y ha tenido una influencia profunda y duradera en algunos de los principales maestros de la modernidad, de Cézanne o Manet a Matisse, Braque o Morandi.

Con 56 obras –11 provenientes del Museo del Louvre–, esta muestra, comisariada por Pierre Rosenberg, miembro de la Académie Française, director honorario del Museo del Louvre y, lo que es más importante, máximo experto en la figura de Jean Siméon Chardin, dará a conocer al público español la visión poética y virtuosismo pictórico de este pintor especializado en el bodegón, pintura de paisaje, escenas domésticas, familiares e imágenes de la infancia.

Orígenes humildes

Chardin nació y murió en París, ciudad en la que vivió toda su vida y que apenas abandonó. De origen humilde, en sus inicios tuvo una formación como artesano que le marcó en su pintura y que se manifiesta en esa mezcla de laboriosidad y libertad a la hora de ejecutar sus obras. Fue alumno del pintor de historia Pierre-Jacques Cazes, así como de Nöel-Nicolas Coypel, y en 1728 la Academia Real de Pintura y Escultura se percató de su talento y le aceptó cómo miembro dentro de una categoría menor como era la de “Pintor de animales y frutas” con las obras de La Raya (que se expondrá en Madrid) y El Buffet.

Chardin se dedicará a la naturaleza de manera constante durante toda su carrera, abordando a partir de los años treinta las escenas de género, influido por la pintura holandesa del siglo anterior, y también el retrato en pastel.

También en sus escenas de género, como La pequeña maestra (la exposición contará con dos versiones, la de la National Gallery de Londres y la National Gallery of Art de Washington) o La niña del volante, Chardin capta el recogimiento de sus personajes que rara vez miran al espectador, evitando cuidadosamente lo anecdótico y el detalle, para que sus obras logren una concentración silenciosa e inocente y que den una sensación de instantaneidad, de un momento a punto de desaparecer.

La clientela de Chardin se dividía en, por un lado, la aristocracia parisina conocedora de su arte y sus amigos artistas, y, por otra, una clientela real y principesca, representada por soberanos como Luis XV de Francia, Catalina II de Rusia o Luisa Ulrica de Prusia, reina de Suecia.

Catálogo científico

Además, con motivo de la muestra, se editará un catálogo científico, dirigido también por Pierre Rosenberg, que incluirá textos sobre la vida del autor francés y fichas de cada obra firmados por el propio Rosenberg, además de un ensayo de Renaud Temperini, reconocido historiador del arte, sobre “Chardin y la pintura francesa del siglo XVIII”, junto con otro ensayo de Ángel González, historiador del arte y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, sobre “Chardin y sus críticos”. La publicación incluirá también una antología de textos sobre el pintor, una cronología del artista, y una relación de bibliografía especializada.

Antes que en Madrid, la exposición recalará desde el próximo domingo, 17 de octubre, y hasta el 30 de enero en el Palazzo dei Diamante de Ferrara (Italia).

Madrid. Chardin (1699-1779). Museo Nacional del Prado.

Del 1 de marzo al 28 de mayo de 2011.

Comisario: Pierre Rosenberg.