La sala se incorpora al recorrido ordinario del Museo con el fin de exponer este conjunto de joyas en las adecuadas condiciones de seguridad y calidad expositiva, con un discurso museológico y unas colecciones que permiten comprender y valorar el tesoro en su contexto histórico.
Espacio ampliado
Los 230 metros cuadrados de esta sala amplían el espacio de la anterior, en la que se exhibía la reproducción del tesoro y otras importantes piezas, como la pequeña escultura sedente de Astarté o el llamado Bronce Carriazo. También ha mejorado la calidad del espacio expositivo y su accesibilidad, eliminándose la última barrera arquitectónica que quedaba en el recorrido de este museo.
Además del Tesoro del Carambolo se incorporan también como novedad a la exposición la diadema original del Tesoro de Ébora –de la que antes se exponía una reproducción– y dos brazaletes y un collar del Tesoro de Mairena del Alcor, que no estaban expuestos. También se incluyen otras piezas de colecciones de época tartesia, que son unos de los dos hitos por los que el Museo destaca en el panorama internacional.
Piezas destacadas
La sala monográfica expondrá así un total de 143 objetos de oro, plata, bronce, cerámica y otros materiales, entre los que sobresalen la pequeña escultura sedente de Astarté, del Carambolo, que es también pieza única en el mundo como el propio tesoro; el relieve de la diosa Astarté conocido como Bronce Carriazo; el altar fenicio de Coria del Río recientemente restaurado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico; el tesoro completo de Ébora o el tesoro completo de Mairena del Alcor.
El Tesoro del Carambolo fue hallado en 1958 en el municipio sevillano de Camas y en 1963 el Estado cedió el derecho de adquisición preferente al Ayuntamiento de Sevilla con la condición de que fuera depositado en el Museo Arqueológico de Sevilla. Entre 1967 y 1977 estuvo allí expuesto hasta que, por razones de seguridad, fue sustituido por una reproducción para guardarse el original en una entidad bancaria. Desde entonces solo ha salido de allí para ser expuesto temporalmente en cinco ocasiones. La última de ellas fue en la exposición conmemorativa de su descubrimiento, titulada El Carambolo. 50 años de un tesoro, que en cinco meses recibió cerca de 60.000 visitantes y gracias a la cual el Museo Arqueológico experimentó un incremento del 88% en afluencia de público.
Arte fastuoso El Tesoro del Carambolo se halló fortuitamente en el cerro del mismo nombre situado en el municipio de Camas, a tres kilómetros de Sevilla, justo en el límite de la carretera que separan Huelva y Mérida. Está formado por 21 piezas de oro de 24 quilates, con un peso total de 2.950 gramos. Joyas profusamente decoradas, con un arte fastuoso, a la vez delicado y bárbaro, con muy notable unidad de estilo. Diversas técnicas fueron empleadas en su ejecución: fundido a la cera perdida, laminado, troquelado y soldado. Algunos elementos, debido a las concavidades que presentan, tuvieron que llevar incrustaciones de turquesas, piedras semipreciosas o de origen vítreo. Una de las joyas más destacadas, que presenta una decoración floral bastante distinta del resto del tesoro, consiste en una cadena doble con cierre decorado, de la que penden siete de los ocho sellos giratorios originales. Tras las investigaciones realizadas en los últimos años, se ha descubierto que el lugar donde fue hallado era un santuario dedicado a Astarté y Baal, los dioses mayores de los fenicios. El tesoro ha sido reinterpretado como el ajuar del sacerdote de ese santuario. |