El proyecto parte de un hecho real, la tragedia de Morecambe Bay, en el norte de Inglaterra, en la que perdieron la vida 23 marisqueros que provenían de la misma aldea en China. Sobre este suceso, Julien comienza a desarrollar distintas líneas de pensamiento que confluyen en un resultado final, combinando la tragedia de la inmigración, la fascinación por la milenaria cultura china o el viaje entendido como camino de transformación y aprendizaje.
La narración alterna, con un tono poético, distintas historias conectadas entre sí y que muestran el pasado y el presente de China. De esta forma, Julien puede, además, reflexionar sobre los distintos lenguajes estéticos asociados a esos momentos, mezclando realidad y ficción (grabaciones de cámaras de vigilancia junto con una narración cinematográfica que nos remite al cine clásico de la edad de oro de los míticos estudios de Shanghái). Narra hechos reales pero también propone un ensayo sobre la condición humana y una ficción dramática que es casi un cuento de hadas y dioses.
Colaboradores de excepción
Julien utiliza la fabula de la diosa Mazu, del siglo XVI, y procedente de la misma área geográfica de donde venían los marisqueros ahogados en Inglaterra. En el original, la diosa salva de la muerte a un pescador y, en su adaptación, el artista la convierte en el hilo conductor de la obra y le sirve para traspasar los límites temporales y físicos.
Para este trabajo ha contado con colaboradores de excepción, como la actriz Maggie Cheung; e artista plástico Yan Fudong o el calígrafo Gong Fagen, y da salida a todas las obsesiones que le han acuciado durante la preparación del proyecto: la China actual, con sus ciudades en perpetuo crecimiento, o el peso de la cultura tradicional, la tragedia humana y la evolución espiritual.
Pero, sin duda, el elemento fundamental de la obra es la propia narración que alterna la edición tradicional plano-contraplano con la que se establece al combinar las nueve pantallas en lo que recuerda las experiencias de Abel Gance y que, si bien Julien lleva investigando desde hace años, alcanza aquí su máximo desarrollo.
Esta vídeo-instalación, co-producida por la Galería Helga de Alvear, se presentó en la pasada Bienal de Sídney y ha sido mostrada en el Bass Museum de Miami, en el Museum Brandhorst de Múnich y en la Hayward Gallery de Londres.
Madrid. Isaac Julien. Ten Thousand Waves. Galería Helga de Alvear [1].
Del 19 de mayo al 15 de julio de 2011.