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Erik Schmidt en la galería Soledad Lorenzo

La exposición, titulada Right to Roam, está compuesta por diversas pinturas de medio y gran formato y una pieza de video (Hunting Grounds, 2005), que fue expuesta anteriormente  en Madrid en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía dentro del ciclo audiovisual Cine y Casi cine.

Paisaje y pintura de caza

La reivindicación de la pintura como lenguaje de la contemporaneidad se hace en esta exposición desde dos géneros clásicos: el paisaje y la pintura de caza.

Los paisajes de Schmidt sorprenden al espectador desde un primer momento por la técnica utilizada. Con cierta distancia, los cuadros pueden recordar a algunas obras puntillistas, pero, a medida que el espectador se acerca al lienzo, su superficie va cobrando vida y se puede percatar de cómo los pastosos trazos pictóricos se superponen configurando un espectacular relieve formado por múltiples capas de color, como si de una barrera coralina se tratase.

Resulta impresionante admirar estas obras desde cerca, cada pincelada tiene un volumen y una fuerza propia; para conseguir tal textura y consistencia, Schmidt utiliza una mezcla de yeso y óleo que otorgan a la epidermis del cuadro una energía casi escultórica.

Aunque el artista explora el potencial del paisaje y la caza, poco tiene que ver esta exploración con el prestigioso tratamiento de la caza en la pintura de otras épocas, en la que estas escenas suponían un símbolo de prestigio y poder social. En cambio, en las obras de Schmidt los personajes no posan, ni siquiera son reconocibles. De hecho, personajes y naturaleza acaban fundiéndose y desapareciendo en un complejo intrincado de densas pinceladas.

Presentación autopropagandística

La fascinación que siente Schmidt por las técnicas de presentación autopropagandística de la aristocracia (que ha dado lugar a numerosas y bellas obras de arte) y por la caza como juego social queda patente en la pieza audiovisual de la exposición: Hunting Grounds, un video que mezcla dos escenas propias de la vida de la aristocracia (alemana en este caso), una cacería y una elegante y formal cena.

Schmidt analiza los códigos, lugares e indumentaria propios de la aristocracia. En el vídeo, rodado en un castillo de Westfalia y en la campiña colindante, aparece el propio autor siendo atacado por un cazador con el que acaba peleando brutalmente en el barro.

Violencia y rituales sociales

Estas escenas se intercalan con las de la cena, queriendo equiparar la violencia y la crueldad subyacente en ciertos rituales sociales. Como explica Eva Birkenstock en el catálogo de la exposición al hablar de los personajes de las obras, “el cazador se convierte en superviviente de un mundo pasado que repite incesantemente su historia, por no poder escribir una nueva en el presente”. 

En esta serie de obras, Erik Schmidt establece un diálogo sordo entre la técnica y el contenido pictórico, entre el pasado y el presente y reformula la relación entre tema, medio y espectador.

Madrid. Right to Roam. Galería Soledad Lorenzo [1].

Hasta el 18 de abril.