A pesar de todo esto, las reacciones que provoca el arte callejero, los generalmente llamados grafiti, dividen drásticamente a los aficionados al arte. Mientras para algunos la reciente tendencia es considerada como una nueva forma de expresión personal, con unos valores formales de vanguardia, sus detractores achacan a este tipo de obras una falta de calidad técnica generalizada.
"El Padrino" de la calle
Lo que no es aplicable, en absoluto, a este mítico artista francés llamado Ernest Pignon-Ernest, al que sus colegas consideran como "el Padrino" del arte de la calle, que el pasado viernes inauguró su exposición titulada Estampes numériques en la Galería Lelong de París.
Son 25 bocetos a carbón o lápiz, en papel, todos ellos estudios previos a su posterior obra en pared, trabajados con un cuidadoso esmero, con una técnica que podríamos considerar más cercana a la de Miguel Ángel que a los tradicionales dibujos de cómic habituales en este tipo de obras.
Ernest Pignon-Ernest, o Mr. Pignon, como muchos le llaman, lleva pintando en las calles desde 1966, con temáticas que hacen referencia a fuentes oscuras y diversas como Boccacio, Jean Genet, el mito de Prometeo o Jimi Hendrix. Asegura que su decisión de crear obras en la calle en lugar de sobre un lienzo fue por culpa de Picasso, ya que "al ver su obra que me entró el deseo de pintar y, casi simultáneamente, la sensación de que después de él, ya nadie podía pintar igual”.
París. Ernest Pignon-Ernest. Estampes numériques. Galerie Lelong.
Hasta el 10 de octubre de 2009.