El memorando establece un marco de cooperación sobre los buques hundidos con importancia histórica y arqueológica que forman parte de la historia común de ambas naciones. Además, contempla, entre otras actividades, intercambios de información de carácter histórico, arqueológico y técnico; participación en seminarios, conferencias y talleres; y préstamo de equipos y cesión de personal, especialistas y asesores para la realización de programas y proyectos conjuntos. Un comité de coordinación analizará el avance de los proyectos e impulsará otros ámbitos de cooperación futura.
La búsqueda del San Agustín
Gracias a este convenio, y como uno de sus primeros frutos, ambos países trabajarán conjuntamente en la búsqueda del San Agustín, un galeón hundido en aguas de California.
El San Agustín, al mando de Sebastián Rodríguez Cermeño, fue comisionado en julio de 1595, desde Manila, para buscar en Norteamérica un puerto de refugio para los barcos españoles en aguas del Pacífico. Exploró la bahía a la que llamó de San Francisco, pero un viento inesperado hizo naufragar su pesado galeón –cargado de riquezas de Asia– contra la costa, perdiendo la vida casi la mitad de la tripulación. Los supervivientes, embarcados en un batel, consiguieron volver a México no sin grandes dificultades.