El proyecto de Lootz se inscribe dentro de la serie de obras que la artista desarrolla sobre el tema del agua desde 2005 y que reciben el título de Hidrografías. Tienen como objeto el agua y, en concreto, los ríos: las transformaciones históricas de su curso, la mercantilización, la politización, el uso y abuso que se hace de ellos.

La exploración de estos temas se realiza a través de dibujos, paneles, diafragmas, cajas de luz y procedimientos digitales, pero cada montaje, cada exposición, es única y diferente al resto, formando parte del continuum de su obra.

La muestra de la Fundació Suñol pretende plasmar la preocupación de Eva Lootz por este tema a través de varias reflexiones: Si vendemos el agua fomentamos la guerra, El agua habla lento, pero habla, El agua huele a hidroeléctrica y a cemento, Si no te mojas por el agua, tal vez mañana no puedas lavarte; son palabras que la artista deja en el aire, para que los visitantes a la exposición mediten sobre la devaluación progresiva de la naturaleza, en este caso, del agua.

 

Eva Lootz nació en Viena (Austria) en 1940 pero vive en España desde 1965. Empezó su carrera artística en 1973, tras cursar estudios de Filosofía, Artes Plásticas y Cine, y desde entonces ha desarrollado lo que ella llama un “arte continuo” en el que la materia y el lenguaje van de la mano.

En concreto, Lootz trabaja las huellas en la materia y el uso de las palabras como señales, incorporando progresivamente el sonido, el vídeo y el ordenador.

Entre sus exposiciones cabe destacar Metal (Madrid 1983), Noche, decían (Barcelona 1987), Alfombra escrita (Amsterdam 1990), A Farewell to Isaac Newton (Londres 1994), Eva Lootz (Boras 1997, Suecia, Lund 1998, Suecia, Odense 1998, Dinamarca) Ich und Du (Colonia 2000), Derivas (Oporto 2001), La lengua de los pájaros (Palacio de Cristal del Retiro MNCARS, Madrid 2002), Sedimentacions (Fundació Sa Nostra Palma, Ibiza, Maó 2004) Paisajes hidráulicos (Galería Trinta, Santiago de Compostela, 2007) e Hidráulica 2 (Galería Altxerri, San Sebastián, 2008).

Su obra se encuentra en las colecciones del MACBA, el MNCARS, el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, el Museo Patio Herreriano y la Fundació Suñol. En 1994, recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas.