La batalla de Rande o de Vigo fue un importante combate naval librado en el estrecho de Rande y dentro de la ensenada de San Simón (donde se ubica ahora el Puente de Rande), en el interior de la ría de Vigo. Enfrentó a las escuadras de las coaliciones anglo-holandesa e hispano-francesa, dentro del contexto de la Guerra de Sucesión Española. En disputa, que finalmente se resolvería en favor de los anglo-holandeses, estaba la mayor Flota de Indias de la historia, cargada de riquezas de América, que acabaría hundida en la ría por los propios marinos españoles.
Buenos resultados
A la vista de las conclusiones de los trabajos, y según la Consejería, los objetivos de la campaña se superaron tanto por el incremento del número de puntos a verificar inicialmente previstos como por la constatación, en la práctica, de la efectividad de los sistemas geofísicos utilizados en 2007 y 2008 para la localización de restos arqueológicos. En esta campaña se comprobaron más del 50% de los puntos localizados en aquellas campañas, se localizaron nuevos pecios relacionados con la batalla, se registraron barcos de épocas posteriores y se recogieron nuevas referencias orales de marineros y pescadores.
En detalle, en estos 19 puntos se incluyen tres pecios verificados del mencionado episodio bélico, tres puntos con referencias relacionadas con la batalla del siglo XVIII, siete puntos en los que se localizaron embarcaciones de épocas posteriores y otros seis puntos sin verificar o con resultados negativos.
En los tres primeros puntos se pudieron identificar restos de los pecios del combate. En ellos se observaron restos de la estructura de los barcos como cadernas o forro, así como piedras del lastre, ladrillos refractarios o bollos de cañón. En alguno de los pecios localizados aparece concentración de materiales férricos como posiblemente piezas de artillería, anclas o munición, lo que aparece contrastado por la distorsión magnética registrada con el magnetómetro en las campañas de 2007 y 2008.
Algunos pecios se pudieron determinar claramente, ya que los restos aparecen en parte descubiertos, pero en otros, debido a la sedimentación, serán necesario proceder en futuras campañas a otro tipo de intervención como sistemas geofísicos como el perfilador de sedimentos o sondeos mediante manga de succión.
En otros tres puntos diferentes se constataron referencias fiables sobre la existencia de barcos de esta época y aunque también fueron inspeccionados no pudieron verificarse por la sedimentación y algas. En los siete puntos en los que fueron localizadas embarcaciones de épocas posteriores, de los siglos XIX o XX, no se descarta que pueda existir superposición de restos, lo que implica que podrían encontrarse estructuras de épocas anteriores, quizás pecios también del episodio de 1702.
En seis puntos en los que también trabajó la expedición, o bien no se pudieron verificar las referencias al no localizarse durante las inmersiones o bien se obtuvieron resultados negativos y en ellos no se observaron restos o carecen de interés arqueológico. En el primero de estos casos los puntos examinados no deberían descartarse a pesar de no ser localizados.
Además, de forma complementaria a la comprobación directa de puntos, se procedió a una nueva revisión de los registros de geofísica, fundamentalmente del sónar de barrido lateral, con el que se amplió en gran medida el número de anomalías. Estos datos también fueron contrastados con las marcas por enfilación de embarros, proporcionados por marineros entre 1990 y 1993 y en la presente campaña, y con las referencias bibliográficas o mapas históricos con la localización de pecios. De este modo se incrementó el número de puntos a comprobar en futuras investigaciones.
Seis jornadas bajo el mar
La campaña se desarrolló durante seis jornadas de trabajo en el mar y trabajos de análisis. El sistema de trabajo fue simple y sistemático. Una vez localizado el lugar donde se detectó la anomalía por métodos geofísicos, mediante GPS, se fondeaba una boya marcando el punto y un equipo de buceadores procedía a la busca y comprobación inicial. En función de la visibilidad y corriente se realizaba busca circular mediante un cabo o bien con compás. Mas tarde se pasaba la siguiente fase de registro arqueológico, croquis, foto o vídeo.
Estas actuaciones se inscriben en el convenio de colaboración firmado entre la Xunta de Galicia y el Ministerio de Cultura, presupuestado en 75.000 euros, para el desarrollo del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Cultural subacuático. Además de las prospecciones realizadas en la ría de Vigo se han llevado cabo otras actuaciones en la ría de Corcubión, ya finalizadas, y en el futuro se estudiará la costa de Lugo.
Otras noticias relacionadas:
- El tesoro del Nuestra Señora de las Mercedes volverá a España
- 100.000 millones de euros en oro y plata bajo las aguas españolas
- Defensa y Cultura buscarán los pecios españoles
Referencias externas:
- Luis Melero, Escritor: «Aún hay 30 millones de euros del tesoro de Rande en la ría de Vigo»
- Xose Ramón Barreiro: «El mito del tesoro de Rande es precioso, pero sin pruebas»
- El consorcio que busca el tesoro de Rande abandonará el proyecto si la Xunta no autoriza ya los trabajos San Simon GmbHi Gr. invertiría 310 millones de euros en el rescate del tesoro gallego
- La inspección de los galeones pone en cuestión el mito del tesoro de Rande. El equipo contratado por la Consellería de Cultura no detecta indicios de la existencia de monedas en los pecios