También se podrá contemplar en esta exposición –que ha sido comisariada por Daniel Soutif– una serie de trabajos relacionados con la arquitectura, disciplina que apasionó al artista en los últimos momentos de su vida. Precísamente, se suicidó en una casa construida por Le Corbusier en la Cité radieuse de Marsella.
A pesar de su prematura muerte a la edad de 28 años, Lo Savio se ha impuesto paulatinamente como una de las figuras más importantes de la escena artística de la segunda mitad del siglo XX.
En apenas cinco años, no sólo contribuyó con cuadros magníficos a un informalismo todavía dominante en los tiempos en los que debutaba como artista, sino que también rompió radicalmente con esa gran tradición para inventar un nuevo lenguaje que prefiguró, con bastantes años de antelación, las investigaciones americanas, particularmente minimalistas, que marcarían los años sesenta.
Radical y prolífico
Su obra fue tan radical y prolífica que hoy se le considera no sólo como uno de los precursores más importantes del minimalismo americano sino también del arte conceptual en Europa. Siempre fue muy respetado por artistas y un pequeño grupo de seguidores leales. Hoy, sus trabajos merecen la misma consideración que los de algunos de sus coetáneos, como Piero Manzoni o Yves Klein.
Muy preocupado por la luz y la instalación, sus esculturas, pinturas, monocromas y trabajos sobre planchas de metal están influenciados por Lucio Fontana. Al borde de la monocromía, hizo las pinturas tituladas Spazio-Luce, las investigaciones que titula Filtri y también los fantásticos Metalli, cuyo negro profundo combina pintura y escultura, con pliegues y curvas casi barrocas para jugar de modo extraordinario con la luz.
Por último, con las Articolizioni totali, expuestas a finales de 1962, Lo Savio realiza una innovación tan decisiva que pocos comprendieron entonces.
Madrid. Francesco Lo Savio. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía [1].
Del 14 de octubre de 2009 al 11 de enero de 2010.