Cuarenta tapices de los siglos XV y XVI ilustran la importancia de este género artístico para la Corte Habsburgo y sus predecesores españoles y borgoñones. Tanto los Reyes Católicos como Margarita de Austria, María de Hungría o Carlos V figuran entre los mayores coleccionistas de tapices del Renacimiento. También la nobleza española y flamenca dejó numerosos tapices en iglesias y catedrales. Lugares como Pastrana, Zamora, Palencia, Zaragoza o Lérida cuentan con algunas de las colecciones de tapices flamencos más importantes de Europa.
La Conquista de Túnez
El hilo conductor de la selección de tapices para esta exposición es el tema de la guerra o la batalla, con joyas como La batalla de Zama, de la serie Historia de Escipión. Pero las obras más importantes de esta exposición son dos tapices de la magnífica serie La conquista de Túnez que Jan Cornelisz Vermeyen dibujó en 1548 por encargo de Carlos V. Estos tapices ofrecen al espectador un panorama vertiginoso de la toma de Túnez, una de las innombrables campañas del César Carlos.
En los siglos XV y XVI, grandes centros flamencos de tapicerías como Bruselas, Oudenaarde, Malinas, Brujas o Tournai ejecutaban con un refinamiento técnico inigualable los modelos o cartones hechos a menudo por pintores famosos. Bernar de Orley y Michiel Coxcie fueron pintores especificamente de cartones, pero también grandes nombres como Rubens, Jordaens y Rafael suministraban diseños para tapices.
Imagen dinástica
Estos tapices fueron expresión de la renovación del lenguaje formal ocurrida en el Renacimiento europeo. En ellos se intenta sobrepasar las dos dimensiones con el uso de la perspectiva, el movimiento de las figuras, su estatura y proporción hacia el fondo arquitectónico… También el Renacimiento subrayaba la importancia de la figura humana representándola de una forma más plástica. Otra innovación que se da en este período es la ampliación temática de la representación de escenas de la antigüedad clásica con temas de la historia y la mitología.
Detrás de estas obras de arte hay todo un mundo. Se prestaban excelentemente para la vida ambulante tanto en la Corte de los Duques de Borgoña como en la de Carlos V y su hijo Felipe II y fueron transportados en carros y barcazas por toda Europa.
Frescos móviles
Los “frescos móviles” no sólo se realizaban para el confort personal, el placer estético o para aumentar el prestigio social del que hacía el encargo. Las variadas composiciones tanto de temas religiosos como históricos, mitológicos o alegóricos tenían la mayoría de las veces una connotación política. La formación sobre todo de una imagen dinástica, del estado y del soberano, constituía para los Borgoñones y los Habsburgos españoles una preocupación de primer orden.
El Centro de Arte de la Abadía de San Pedro de Gante organiza esta exposición en colaboración con la Fundación Carlos de Amberes de Madrid. El Prof. Fernando Checa, director honorario del Museo Nacional del Prado, es el comisario de la muestra.
Gante (Bélgica). Kunsthal Sint-Pietersabdij (Abadía de San Pedro).
Hasta el 29 de marzo 2009.
Comisario: Fernando Checa.