Sin embargo, tal y como descubre una ambiciosa exposición que se celebrará en la Tate Modern de Londres a partir de septiembre, esas imágenes tenían mucho de falsedad intencionada, y fueron utilizadas astutamente por un decepcionado Gauguin ante lo que realmente se encontró en los mares del Sur: mujeres cristianizadas vestidas hasta el cuello y con delantales que iban a la iglesia cada domingo.
Gauguin: Creador del Mito será la primera gran retrospectiva del artista en Gran Bretaña desde la década de 1950, reuniendo más de cien obras de todo el mundo, un tercio de las cuales nunca han sido mostradas en Gran Bretaña. En esta exposición se explicará su forma de actuar como un artista sorprendentemente moderno, y en la que también demostró ser un genio: búsqueda de los máximos beneficios, éxito en el mercado y uso de la mentira auto-publicista con un toque de sensacionalismo.
Incorregible e innovador
Belinda Thomson, co-comisaria de la exposición, señala que el programa pretende alejarse de un riguroso examen cronológico o estilístico de su carrera y en su lugar se centra en "la tendencia de Gauguin a la creación de mitos, tanto en su obra como en su representación de sí mismo".
En general, pintó a los tahitianos de una forma que desde hacía muchos años había desaparecido: desnudos o vestidos primitivamente, una mezcla entre el pasado lejano y su propia imaginación. Su niñas desnudas equiparan la imagen de Tahití como una nueva Citera, mito popularizado por el explorador francés Louis Antoine de Bougainville.
"Gauguin fue un incorregible e innovador manipulador de la verdad", añade Thomson. En 1897, publicó Noa Noa, historias tahitianas, que afirmó haber recogido de una de sus amantes. En realidad, las había copiado del libro Voyage aux Moerenhout îles du Grand Océan.
Inca y provocador
También el artista se adelantó a su tiempo en la forma en que construyó su imagen, refiriéndose a sí mismo (falsamente) como un inca, debido a los cuatro años que pasó en Perú. Deliberadamente contemporáneo, provocó un gran escándalo cuando se pintó en 1889 como Cristo con el pelo rojo, como su amigo Van Gogh, en Cristo en el Huerto de los Olivos.
Finalmente se vio obligado a vivir las consecuencias del éxito de sus campañas de autopromoción. "Hacia el final de su vida quería volver a Europa pero su marchante le dijo: ‘No. Es demasiado tarde. Usted ya es más artista de allí’”, concluye la co-comisaria de la muestra.
Londres. Gauguin: Maker of Myth. Tate Modern.
Del 30 de septiembre de 2010 al 16 de enero de 2011.