Bondi, al que se le conocía como el «ministro triste», había anunciado su voluntad de retirarse tras haber protagonizado en noviembre pasado una serie de polémicas por el desplome de la antiquísima Casa de los Gladiadores de Pompeya.
Además del nombramiento de Galan, el Gobierno conservador concedió nuevos recursos al Ministerio de Cultura por un valor de 236 millones de euros, de los cuales 80 millones irán destinados a tutelar el patrimonio histórico, arquitectónico, arqueológico y artístico.
El recorte de fondos había suscitado una ola de protestas en toda la península e involucró a importantes figuras de la cultura. Con este cambio ministerial, el Gobierno intenta calmar al sector, que había organizado una semana de manifestaciones que fueron suspendidas tras conocerse el relevo ministerial.
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