Se trata de una buena ocasión para conocer una amplia muestra de la obra de Saura, comenzada aún antes de que rodara sus primeras películas hace ahora 50 años, y clasificada según una serie de temas u obsesiones que vertebran toda su carrera profesional, independientemente de la disciplina artística en la que se desarrollen.
La polifacética actividad de Saura incluye el cine –en la que ejerce labores de director y guionista–, la fotografía –disciplina que practica incluso con anterioridad al mundo cinematográfico–, la literatura –a través de un selecto grupo de novelas–, el teatro y la danza –como director de escena–, y, por si eso fuera poco, el dibujo y la pintura –que practica en dos modalidades bien distintas: los llamados «fotosaurios» o fotografías pintadas, y sus dibujos con texto.
En resumen, esta exposición, preámbulo de la 48 edición del Festival Internacional de Cine de Gijón, realiza un recorrido por su vida y obra, realizando un homenaje a uno de los mejores creadores visuales y plásticos que ha dado nuestro país.
La muestra cuenta con la edición especial de un catálogo de 240 páginas que ha sido editado gracias a la colaboración especial de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC).
Saura por Asier Mensuro, comisario Acostumbrado –como todos– a valorar a Saura por su sobresaliente trayectoria en el séptimo arte, quedé sorprendido al comprobar el rigor con el que se entrega a otras disciplinas. El trato cercano de Carlos y Eulalia Ramón, que me abrieron su casa y me mostraron toda su colección, facilitó enormemente mi labor. Todos los materiales que allí guardan muestran a un artista multidisciplinar, que reflexiona sobre una serie de ideas por las que siente una verdadera pasión. Para mí, como comisario, ha sido un verdadero placer bucear entre un importante numero de originales de características muy diversas y ver como surgían afinidades secretas entre ellos. Así aparecían «otras miradas» complementarias que nos revelaban a un Carlos Saura que poco a poco profundiza en aquello que le interesa y lo va enriqueciendo mediante la adición de nuevos matices y enfoques. La obra de Carlos habla por sí misma y, poco a poco se me hacía evidente que, entre más de 200 piezas que había preseleccionado para esta exposición, se reflexiona sobre una serie de conceptos de manera recurrente. A partir de ese momento, mi trabajo se tornó en algo «relativamente sencillo». Sólo tenía que fijar el número y tipo de originales para la muestra, agruparlos en bloques temáticos y organizar un discurso expositivo que mostrase al visitante con claridad el trabajo de Carlos. Utilicé para ello dos criterios básicos: El primero es cualitativo: Es decir, realicé una selección de aquellas obras que, por su calidad artística y por su carácter inédito o poco conocido para el público en general, poseían un alto interés para ser incluidas en esta muestra. A continuación, las agrupé en bloques, según la temática sobre la que versaban. En esta ocasión apliqué un criterio cuantitativo. Más del 90% de la obra se podía incluir en una de las seis categorías que surgieron de esta clasificación. Retiré el 10% del material restante y lo sustituí por otras piezas, a priori desechadas como material de la exposición pero que, a la luz de esta ordenación en grupos, encajaban «como un guante» en algunos de los bloques temáticos y que, por tanto, era imprescindible recuperar. Así las cosas, surgieron seis bloques temáticos o temas: la violencia y la muerte, las mujeres, la historia de España, la música y la danza, la fotografía y el cine. |
Gijón. Otras miradas de Carlos Saura. Centro Cultural Antiguo Instituto Jovellanos.
Del 17 de noviembre de 2010 al 9 de enero de 2011.
Comisario: Asier Mensuro.