Sorolla pintó cerca de 50 cuadros de la ciudad de Granada, con la Alhambra y Sierra Nevada como principales protagonistas; el Museo Sorolla conserva 24 de ellos.
La propia sede del Museo da testimonio de la impresión profunda que la ciudad andaluza dejó en el pintor: uno de los jardines que Sorolla diseñó para rodear su casa se inspira directamente en el Generalife, y el propio Sorolla compró en Granada los arrayanes para sus setos, algunos de los cuales se conservan todavía.
Este aspecto es significativo de la influencia y huella que Granada dejó en el artista y es la perfecta introducción para la visita monográfica y evocadora de “la Granada vista por Sorolla”. Además, la planta baja alberga el Patio Andaluz y recoge muestras de cerámica granadina.