Para contar quién es y qué representa Marañón conviene mirar al lugar donde se inspiró para cumplir su gran obra: Toledo. En el despacho de su Cigarral toledano, presidido por la maqueta de Galdós, el doctor Marañón escribió lo mejor de su ingente producción. Allí leía, reflexionaba, recibía a sus amigos y por las tardes paseaba por callejones y rincones de su adorada ciudad.

Don Gregorio resumió su sentimiento en la frase “Toledo, luz de mi vida”, y ésta es la emoción que el documental Gregorio Marañón. Médico, humanista y liberal, dirigido por José Luis López Linares, acercará al espectador.