La muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo 25 de enero y con la que la Kubo-Kutxa cierra su programación anual, se completa con la exhibición de cinco módulos científicos, cedidos por el Museo de la Ciencia de la capital guipuzcoana, que explican las máquinas desarrolladas por Arquímedes de Siracusa y Ctesibius de Alejandría.
José Manuel Broto, Jaume Plensa, Eva Lootz, Max Streicher, Eugenio Ampudia y Alexandra Ranner son algunos de los artistas cuyas obras podrán ser contempladas en la sala de exposiciones del Kursaal. La lista se cierra con Eduardo Nave, José Manuel Ballester, Magdalena Correa, Isaac Julien, Leopoldo Ferrán y Agustina Otero.
Espacio poético
Un lienzo abstracto de Broto es la única pintura de la muestra en la que los diferentes estados del agua trascienden desde la escultura, la fotografía o la vídeo-instalación. Recipientes metálicos de distintos tamaños, con manos o rostros en su interior en los que el agua fluye de uno a otro, es la propuesta de Plensa, un “espacio poético sobre el devenir del tiempo y la memoria”, según ha explicado Dolores Durán, comisaria de la exposición.
Eva Lootz exhibe cuatro cajas de luz que reproducen el sistema capilar del curso de los ríos, mientras que Ampudia sitúa al visitante en la arena de una playa desde la que se contemplan unas olas que arrastran a la orilla lienzos de grandes obras de las vanguardias del siglo XX como restos de un naufragio. El estado gaseoso lo plasma Max Streicher con unas esculturas hinchables en forma de nube y suspendidas en el aire con las que "sublima el concepto de volatilidad", ha señalado Durán.
San Sebastián.Sala Kubo Kutxa [1].
Hasta el 25 de enero de 2009.