Esta exposición, que se exhibió con gran éxito en el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York hasta el pasado 6 de septiembre, incluye en Bilbao sesenta obras diferentes, algunas de ellas nunca exhibidas en España, junto a la selección de las obras presentadas en Nueva York.
Embrujados por el pasado
Gran parte de la fotografía y el vídeo contemporáneos parecen embrujados por el pasado, por la historia del arte, por apariciones fantasmales que cobran vida a través de las técnicas de grabación en performances en directo y en el mundo virtual. Empleando diversos recursos estilísticos, temas y tecnologías que están anticuados, pasados de moda o casi extintos, este arte encarna un anhelo melancólico por un pasado irrecuperable.
Por medio de la fotografía fundamentalmente, pero también de otras formas de expresión artística como pintura, vídeo, cine, performances e instalaciones, creadas desde los años sesenta hasta la actualidad, Haunted revela la calidad de la obra fotográfica y en nuevos medios de las Colecciones Guggenheim.
Adquisiciones recientes
La exposición de Bilbao muestra algunas adquisiciones recientes de la Solomon R. Guggenheim Foundation de artistas como Marina Abramović, Sophie Calle, Tacita Dean, Gregory Crewdson, Thomas Demand, Roni Horn, Christian Marclay, Richard Prince, Cindy Sherman, Hiroshi Sugimoto o Jeff Wall. También incluye obras realizadas en las décadas de 1960 y 1970 por artistas como Andy Warhol, Bernd y Hilla Becher, Joan Jonas, Robert Rauschenberg, Martha Rosler y Robert Smithson, que representan la incorporación a gran escala de las imágenes fotográficas en el arte contemporáneo, y servirán para contextualizar los trabajos más recientes.
Finalmente, una parte importante de la muestra está dedicada a las obras creadas a partir de 2001 por artistas jóvenes como Walead Beshty, Anne Collier, Rachel Harrison e Idris Khan, y otros no presentes en la muestra de Nueva York, como los norteamericanos Slater Bradley, Lucinda Devlin, Lia Halloran, Matt Keegan, Ryan McGinley, Lisa Oppenheim, Aida Ruilova y Lorna Simpson; el cubano Carlos Garaicoa; el italiano Diego Perrone; la australiana Tracey Moffatt; o el libanés Walid Raad.
Ana Mendieta
Entre los artistas que amplían su presencia en la sede de Bilbao se encuentra la cubano-americana Ana Mendieta, gran exponente de la performance, el arte del cuerpo y el Land Art fallecida trágicamente a los 36 años en Nueva York, con seis obras representativas de su trayectoria no exhibidas anteriormente en el Museo Guggenheim Bilbao.
Adicionalmente, Bilbao también acogerá un par de videoinstalaciones de los célebres Pierre Huyghe y Philippe Parreno. De esta forma, Hablando en sueños (con Sueño de Andy Warhol y la voz de John Giorno) [Sleeptalking (with Sleep by Andy Warhol and the voice of John Giorno) ], 1998/2010 de Huyghe; y El Sueño de una Cosa, 2001, de Parreno, se exhibirán por primera vez en una institución Guggenheim.
Jeff Wall
El Museo Guggenheim Bilbao incorpora, además, una serie de cuatro obras realizadas por Jeff Wall en 2007 por encargo del Deutsche Bank para el Deutsche Guggenheim Berlín. De estas nuevas fotografías tres adoptan su particular enfoque cinematográfico con composiciones que describen de forma realista a personas en circunstancias familiares, siendo la cuarta una imagen documental que muestra un almacén vacío.
Finalmente, la performance de Tacita Dean Merce Cunnignham actúa con Trevor Carlson en STILLNESS (en tres movimientos) al son de la composición 4’33” de John Cage, ciudad de Nueva York, 28 de abril, 2007 (seis performances; seis películas), 2008, incluida en la presentación de Nueva York, ha sido enteramente reconfigurada para adaptarse a una de las grandes salas en forma de pétalo diseñadas por Frank Gehry.
Segunda planta
Haunted: fotografía-vídeo-performance contemporáneos se distribuye a lo largo de la segunda planta del Museo en cinco categorías formales y conceptuales que giran en torno a las diferentes maneras de comprender y abordar el pasado de los distintos artistas que componen la muestra: Apropiación y archivo; Muerte, publicidad y política; Documentación y reiteración; Paisaje, arquitectura y el paso del tiempo, y Lo traumático y lo siniestro.
Algunas obras incorporan temas y recursos estilísticos que parecen anticuados, pasados de moda o casi extintos; otras reflejan momentos traumáticos del pasado histórico; en algún caso, la obra recrea una anterior, de tal manera que parece perseguida por un original perdido o distante; hay imágenes fantasmales e iconos mórbidos del pasado como ruinas y paisajes apocalípticos y, finalmente, se muestran creaciones que analizan el papel de los archivos en la memoria colectiva y la obsesión personal.
Cinco categorías formales y conceptuales
1. Apropiación y archivo A comienzos de los años sesenta, Robert Rauschenberg y Andy Warhol comenzaron a incorporar imágenes fotográficas en sus pinturas y establecieron así un nuevo método de producción visual que no se basaba en la entonces dominante abstracción gestual, sino en procesos mecánicos como la serigrafía. De ese modo, cuestionaron la noción del arte como expresión de un autor singular y heroico, y concibieron sus obras de una nueva manera: como depósito de información autobiográfica, cultural e histórica. Desde entonces algunos artistas, incluyendo a Bernd y Hilla Becher, Christian Boltanski, Richard Prince, Sarah Charlesworth o Sherrie Levine han seguido este impulso archivístico, coleccionando fragmentos de la realidad por medio de la creación de nuevas fotografías o apropiándose de las existentes. 2. Muerte, publicidad y política Cuando Warhol creó sus pinturas serigrafiadas de Marilyn Monroe poco después de su muerte, tocó el lado más oscuro de una cultura mediática que florecía y que durante la guerra de Vietnam se había convertido en una parte integral de la vida diaria. Hoy en día, con grandes canales de difusión y reproducción de imágenes, acontecimientos tan diferentes como el ataque terrorista al World Trade Center y las muertes de famosos como la princesa Diana y Michael Jackson pueden convertirse en algo traumático a escala global. A raíz de esta nueva realidad cultural, artistas como Rachel Harrison, Adam Helms, Nate Lowman, Adam McEwen, Cady Noland, Walid Raad y Rosangela Rennó han reexaminado las estrategias de apropiación de imágenes de las que Warhol fue pionero, prestando especial atención a los modos en que un conflicto político puede llegar a tener importancia global. 3. Documentación y reiteración Desde comienzos de los años setenta, la documentación fotográfica, incluyendo el cine y el vídeo, ha sido un importante complemento en el arte de crear performances en directo, a menudo condicionando cuáles se representaban y a veces, incluso, obviando la necesidad de una audiencia. A pesar de su carácter efímero, los artistas las han documentado en un intento de transmitir el significado de la obra. Para muchos creadores esos documentos asumen la función de reliquias, de objetos cuyo significado está profundamente ligado a una experiencia que ya se ha perdido en el pasado. Las obras de artistas como Marina Abramović, Sophie Calle, Tacita Dean, Joan Jonas, Christian Marclay, Annette Messager, Ana Mendieta y Zhang Huan examinan los distintos enfoques estéticos que inspiró el poder de repetición de la fotografía, la cual no sólo utilizaban para revivir sus performances (y las de otros), sino que con ella volvían a considerar la experiencia física de acontecimientos pasados. Estos artistas reconsideraron el propio documento como un objeto cargado de historia, prestando especial atención a su especificidad material. 4. Paisaje, arquitectura y el paso del tiempo Una de las principales funciones históricas de la fotografía ha sido el registro de lugares en los que han ocurrido acontecimientos significativos, muchas veces traumáticos. Durante la Guerra de Secesión, que estalló poco después de que la fotografía se inventara, una nueva generación de reporteros se dedicó a fotografiar las batallas, pero debido al largo tiempo de exposición que requerían las primeras cámaras, tan sólo podían capturar las secuelas del conflicto. Esos paisajes sembrados de muerte son ahora doblemente llamativos porque representan espacios pasados donde ya ha ocurrido algo y ese estado de anterioridad, que se atestigua en una etapa tan temprana del desarrollo de la fotografía, indica la verdadera naturaleza de la imagen, que mantiene vínculos físicos y químicos con un pasado que desaparece tan pronto como ésta se toma. Como observadores, únicamente nos quedan rastros con los que esperamos reconstruir los acontecimientos ausentes y del pasado en los campos, bosques, casas y oficinas que vemos. De esta manera, muchos artistas, entre otros Clemente Bernad, James Casebere, Spencer Finch, Carlos Garaicoa, Ori Gersht, Roni Horn, Sally Mann e Hiroshi Sugimoto, han vuelto a lugares vacíos en paisajes y arquitectura, creando poéticas reflexiones sobre el paso inexorable del tiempo e insistiendo en la importancia de recordar y rendir homenaje al pasado. 5. Lo traumático y lo siniestro La fotografía no sólo ha tenido un gran impacto en cómo entendemos la historia, ha alterado, o como algunos teóricos defienden, ha reconfigurado completamente nuestro sentido de la memoria personal. Desde el nacimiento hasta la muerte, todos los aspectos de nuestras vidas se han reconstituido en imágenes junto con nuestras experiencias vitales. Esta repetición, que se refleja en la propia tecnología del medio fotográfico, produce de manera efectiva una realidad alternativa en la representación que puede, particularmente cuando se trata de enfrentarse con hechos traumáticos, adoptar la fuerza de lo siniestro. Artistas como Gregory Crewdson, Anna Gaskell, Karl Haendel, Jeff Wall o Gillian Wearing explotan este efecto y construyen escenarios ficticios en los que el dolor y el placer de la experiencia personal vuelven con cualidades espeluznantes y de mal augurio. |
Bilbao. Haunted: fotografía-vídeo-performance contemporáneos. Museo Guggenheim Bilbao [1].
Del 6 de noviembre de 2010 al 13 de marzo de 2011.
Comisarios: Jennifer Blessing, curator de fotografía, y Nat Trotman, curator Adjunto, Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York.
Pie de foto. De izquierda a derecha: Juan Ignacio Vidarte, director general del Museo Guggenheim Bilbao; y Jennifer Blessing, comisaria de la exposición.