Desde su inicio
En sus trabajos iniciales aplica la pintura siguiendo el plano: líneas verticales y horizontales que se superponen en capas conformando una retícula. El trazo es evidente y meticuloso aunque a partir de los 90 comienza a utilizar un compresor con lo que enfatiza la gestualidad y le ayuda a disolver los límites físicos del soporte.
Esto le permite a su vez acceder a obras de un tamaño cada vez mayor abandonando los límites del lienzo o el papel para expandirse por cuerpos tridimensionales e incluso abarcar el espacio expositivo en si. En distintas ocasiones pinta la totalidad de las salas en las que trabaja pero también los objetos que encuentra a su paso: libros, camas, mesas pero también piedras o montones de tierra.
Lo más actual
En su obra mas reciente aparecen dos importantes incorporaciones. Por una parte la textura que se crea al cubrir el lienzo con tierra y sobre la que sigue pintando. Parte de esta queda adherida a la pintura y se integra en la obra mientras que la que se desprende deja una huella en negativo sobre el plano inmediatamente inferior.
Finalmente algunas de sus últimas intervenciones las ha realizado sobre enormes formas geométricas de formas angulosas y cortantes, caracterizadas por líneas curvas y arabescos, casi como si el soporte siguiera las líneas fluidas del trazo pictórico.
Katharina Grosse ha expuesto en el Magasin 3 de Estocolmo (Suecia) en 2004, en el Museu Serralves de Oporto (Portugal) en 2007, en la Galleria Civica di Modena (Italia) en 2008 y en la Temporäre Kunsthalle de Berlin (Alemania) en 2010.
Madrid. Katharina Grosse. Galería Helga de Alvear.
Del 11 noviembre de 2010 al 9 de enero de 2011.