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Homenaje en Badajoz a Félix Candela y su aventura laminar

Durante los años 50 y 60, Félix Candela Outeriño (Madrid, 1910 – Raleigh, Carolina del Norte, 1997) adquirió su fama con la construcción de más de ochocientos «cascarones» de hormigón armado –Thin Concrete Shells– a los que dotó, no solo de una racional y óptima forma resistente, sino también de una impactante y escultural belleza.

La aventura laminar

Por ello, Candela es considerado como uno de los más destacados protagonistas de la «aventura laminar de la arquitectura moderna», un hito en la historia de la construcción del siglo XX y que dejó no solo un importante legado patrimonial, sino también una nueva concepción artística y estética que suponía la optimización en el uso del hormigón armado como material de construcción. Así, el arquitecto madrileño logró dotar de esbeltez a un material con el que todavía se estaba experimentando, generando nuevas formas arquitectónicas.

En 1935 finalizó sus estudios en la Escuela de Arquitectura de Madrid y al año siguiente ganó una beca de la Academia de Bellas Artes de San Fernando para ampliar estudios en Alemania; pero el estallido de la Guerra Civil le llevó a enrolarse en el Cuerpo de Ingenieros del Ejército Popular. En los últimos días de la guerra cruzó la frontera con Francia y fue internado en uno de los campos de refugiados de donde partiría después hacia México, donde alcanzaría su apogeo profesional y su plenitud creadora.

La exposición ejemplifica el proceso de asimilación de la dramática experiencia del exilio y su integración en los complejos procesos de modernización y urbanización de los países latinoamericanos. Su experiencia profesional, y su actuación tanto en el medio público como en el privado, muestran una concordancia y la consecución de una serie de logros que conformaron uno de los momentos privilegiados del imaginario asociado al exilio dentro de la arquitectura latinoamericana.

A lo largo de su fructífera carrera, Candela elaboró 1.439 proyectos de los que se materializaron 896, sumando un total de un millón de metros cuadrados de espacio arquitectónico. La arquitectura y la ingeniería internacional no se pueden entender sin sus aportaciones. Sus obras se encuentran en México, Estados Unidos, España, Venezuela, Colombia, Perú, Guatemala, Puerto Rico, Ecuador, Inglaterra y Noruega. Su compromiso de realizar obras económicas, duraderas y bellas lo convirtió en un precursor de la arquitectura sostenible y es notable su influencia en el trabajo de arquitectos como Norman Foster, Santiago Calatrava o Thomas Herzog.

Últimos años

A principios de los setenta, en medio de una crisis personal y profesional, Candela aceptó la invitación de la Universidad de Illinois para incorporarse a su equipo docente y trasladó su residencia a Chicago, aunque viajaba constantemente invitado a participar en congresos, seminarios y ofrecía su consultoría profesional a despachos profesionales de diferentes países, pero ya no volvió a construir. Tras la muerte del dictador Francisco Franco, comenzó a viajar con frecuencia a España, a donde había regresado por primera vez en 1969 para asistir al congreso fundacional de la Asociación Internacional de Estructuras Laminares (IASS, por sus siglas en inglés).

En 1978 se jubiló, obtuvo la nacionalidad estadounidense y se trasladó a Nueva York. Su último destino fue Raleigh, Carolina del Norte. Durante sus últimos veinte años, el arquitecto trabajó fundamentalmente como consultor asociado en varias firmas. En el ocaso de su vida recibió el encargo de la que sería su obra póstuma: proyectar dos cascarones de hormigón armado para el Parque Oceanográfico de Valencia.

La muestra, que llega a Badajoz tras su paso por el IVAM, presenta un conjunto de fotografías de sus obras realizadas por renombrados fotógrafos; planos y dibujos; objetos personales y un apartado multimedia que incluye dos documentales (Una biografía y Aquella primavera creadora) y fragmentos de películas en los que aparecen obras de Candela (Nostradamus, 1959, Espiritismo, 1961, Sí quiero, 1965, Solo para ti, 1966, Domingo salvaje, 1966, Cuernavaca en primavera, 1965, o Cruz de amor, 1969). También se muestran 20 reconstrucciones en tres dimensiones de algunos de sus edificios que se completan con la ubicación geográfica e información sobre las influencias que tuvo Candela y las que generó posteriormente.

El catálogo de la exposición reúne una amplia documentación sobre sus proyectos, reproduce las obras expuestas y contiene textos sobre la figura de Félix Candela y su arquitectura, del comisario de la exposición Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes, y de Luis-Alfonso Basterra, Elisa Lozano, Juan Antonio Tonda Magallón, Inés Sánchez de Madariaga, Henry Vicente y Graciela de Garay.

 

 

Badajoz. Félix Candela.1910-2010. MEIAC [1].

Del 11 de febrero al 3 de abril de 2011.

Comisario: Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes.