Las obras se han centrado en la consolidación estructural de las fábricas del monasterio, la eliminación de vegetación invasora, la recuperación de huecos deteriorados, la restauración de los faldones de la cubierta y los pavimentos empedrados. Además, se ha procedido a la limpieza y acondicionamiento del entorno; se ha realizado un nuevo estudio geológico y se han llevado a cabo pequeñas obras de reparación de algunos elementos auxiliares como cableado, arquetas, peanas o a la señalización.
Esta intervención completa las llevadas a cabo por el Ministerio de Cultura desde el año 2000 que han tenido como principal finalidad resolver los problemas estructurales del inmueble.
Los Monasterios de Suso y Yuso de San Millán de la Cogolla fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el 4 de diciembre de 1997 por razones históricas, artísticas, religiosas, lingüísticas y literarias. Suso fue fundado por San Millán en el siglo V. Tiene elementos visigóticos, mozárabes y pre-románicos, predominando el mozárabe del siglo X. Según la tradición, en los sepulcros de su claustro fueron enterrados los siete infantes de Lara. Además, Gonzalo de Berceo recibió su primera educación en su escuela monástica.
Intervenciones previas
En 2000, el IPCE realizó una intervención para corregir problemas estructurales, que consistió en fijar al terreno la roca situada contigua al monumento para evitar los empujes y giros que estaba imprimiendo sobre el edificio. En los años siguientes se llevaron a cabo una serie de intervenciones menores de mantenimiento y de mejora de la accesibilidad al monasterio.
Además, se estableció un sistema de mediciones a largo plazo, mediante inclinómetros, que permitió conocer con precisión la evolución de grietas y fisuras, las inclinaciones de paramentos y las variaciones de distancias entre puntos concretos del edificio y respecto de puntos exteriores de la ladera.
Pese a todo, el paulatino desplazamiento de los terrenos afecta y ha afectado históricamente a la estructura del monumento, y aunque las actuaciones que se llevaron a cabo entonces permitieron minimizar el alcance de los daños y los movimientos del conjunto, no se consiguió impedirlos en su totalidad. Aunque el estado de conservación del monumento era el adecuado, a raíz de la inspección realizada en junio de 2010 por técnicos del IPCE se detectaron algunas deficiencias constructivas que son las que ahora se han subsanado.