Esta iniciativa busca dar a conocer la figura de Llul en Europa, coincidiendo con la celebración de la Feria del Turismo de Berlín (ITB), a la vez de enmarcarse dentro del ciclo de actos culturales “Be Balears”, organizado por el Gobierno de las islas y el Instituto Ramon Llul.
En cuanto al viernes, se produjeron unas diez inauguraciones en galerías e instituciones de todo Berlín. Destacaremos dos de ellas, por relevancia de espacio o interés de lo expuesto. Por una parte, la Galería Wagner + Partner, ubicada en la avenida de Karl Marx (Friedischain), inauguraba con los artistas recién graduados: Claas Gutsche (1982, Royal College London) y Sebastian Nebe (1982, HGB Leipzig). Su proyecto Der Geheime Garten der Nachtigall (The Nightingale´s Secret Garden) es el resultado de su primera colaboración, una pretensión de obra total con la que intentaron transformar la galería. Todo enfocado a crear algo en torno a la idea romántica del bosque, no sólo en su oposición a la ciudad, sino erigiéndose como ámbito de misterio, presentimiento y escondite, a la par que como lugar de descanso y huida. Los óleos sobre papel de gran formato se combinan en el espacio con objetos de bronce esparcidos que imitan nidos, ramas… todo ello bajo un halo metafórico.
Arte urbano
Circle Culture Gallery (con agencia y revista) es un espacio centrado en el arte urbano y, la verdad, es que casi siempre sorprende agradablemente con sus exposiciones. La apertura del viernes, There is no such thing as a good painting about nothing. Abstract Expresionism in Contemporary Urban Art, no fue para menos. Título rotundo que recogía las piezas de tres artistas de diferentes partes del mundo (Marco “Pho” Grassi de Milán; Katrin Fridrik´s de París y Holly Thoburn de Londres), que realizan un arte urbano en cuyo resultado ellos mismos reconocen asimilar la herencia, casi 70 años después, de la llamada Escuela de NY o Expresionismo abstracto (Pollock, Rothko, Kline, de Kooning), uno de los hitos artísticos más relevantes de la segunda mitad del siglo pasado. Reconocemos actualizada la tendencia abstracta, el hecho de privilegiar al proceso (espontaneidad, improvisación), el acento en una subjetividad interior a expresar y la concepción de la superficie “all over”. Resulta interesante el establecimiento de esta ligazón tanto en cuanto se efectúa desde esa novedosa relación entre elstreet art y las instituciones del sistema artístico.
Antes de concluir el recorrido, no debemos dejar de comentar, dando un saltito imprescindible en el tiempo, la recién inaugurada exposición (viernes, 5 marzo) en la espléndida Neugerriemschneider, galería que custodia y representa a pesos pesados del arte contemporáneo como Olafur Eliason, Wolfgang Tillmans, Franz Ackermann, Isa Genzken, Elisabeth Peyton, Tobias Rehberger, Rirkrit Tiravanija o Sharon Lockhart, cuya obra se presenta este mes.
Interés indagador
Esta artista estadounidense afincada en la actualidad en Los Ángeles fue haciéndose con un lugar respetado en el mundo del arte a partir de mediados de los 90 gracias a una obra resultado de la combinación de una fotografía de estética narrativa y de un cine totalmente “desnarrativizado”. Existe, tras ambos procedimientos, un interés indagador de tipo documentalista que, sin embargo, se aparta radicalmente de la tradición etnográfica de esta misma práctica convencional (aquella que implica una mirada y existencia subjetiva del observador occidental).
El nuevo proyecto de Lockhart, Podwórka (2009, 16 mm transferido a HD, duración 31 m.), es una película creada específicamente por la artista para la exposición Anabasis. Rituals of homecoming, comisariada por Adam Budak, como parte del Festival The dialogues of Four Cultures, y, además, fue mostrada este pasado mes en la Berlinale en su versión más cinematográfica.
Reminiscencias infantiles
La cinta se compone de seis vídeos, cada uno de los cuales muestra un patio (courtyard) de Lódz (Polonia), todos transfigurados por el uso espontáneo y necesario en la zona de juegos por y para niños (areneros, campos de futbol, de batalla, de carreras de bicicleta). Es muy interesante destacar como Lochhart logra de manera muy natural y efectiva hacer aflorar y evocar esas reminiscencias infantiles.
No es la primera vez que esta artista colabora con niños, y en este caso también desde el punto de vista de cámara fija recoge los juegos llevados a cabo por ellos en la vida real, para transportarlos al primer plano de nuestra consciencia. Aceptando posibles fueras de campo, explora esos entretenimientos eternos, en la calle, donde, a través del juego, todas las complejidades que conlleva el aprender se manifiestan. Y verlo siempre es intrigante y revelador. Otro punto a subrayar es la activación de reflexiones sobre ciertos aspectos culturales, arquitectónicos y de organización social, gracias a la observación y registro de esa interacción de los niños con esos espacios concretos.