Responsable directo de la subida al trono de Amadeo I de Saboya, Prim era un hombre confiado que se movía por Madrid sin escolta alguna en una berlina, el frágil carruaje que recibía su nombre de la ciudad en la que había sido concebido. Su brutal asesinato cambió el rumbo de la historia de España y ese hecho convierte su no esclarecido fin en una fuente de hipótesis y conjeturas.
Indagación histórica
A medias entre el documento, la ficción y la indagación histórica, Gibson nos traslada a septiembre de 1873. Entonces, con apenas nueve meses de vida y tres años después de lo de Prim, la Primera República agoniza en una España en la que desembarca el periodista Patrick Boyd, hijo ilegítimo de una andaluza y del irlandés Robert Boyd, fusilado tiempo atrás en Málaga al lado de Torrijos. El objetivo del periodista es descubrir quién maquinó el magnicidio que cambio el destino del país.
La trama está ahí. Gibson logra un trepidante hilo argumental en el que lo detectivesco se mezcla con lo imaginativo; lo real con lo ficticio. El resultado es una obra que ha obtenido el Premio de Novela Fernando Lara 2012. Un libro que se sustenta en los documentos reales del caso. «Documentos -lamenta el propio Gibson-, que se encuentran en lamentables condiciones. Mi libro no pretende más que ser una llamada de atención sobre un momento crucial que condicionó que la España de hoy sea otra».
Por todo ello, esta berlina de Prim merece visita. Por un lado nos enseña a conocer mejor el lugar en el que hoy vivimos y, por otro, abre puertas para vislumbrar la España que pudo haber sido.
La berlina de Prim
Ian Gibson
Planeta
372 páginas