El búnker blockhaus 13, situado a las afueras de Colmenar del Arroyo, junto a la M-510, es una de las estructuras militares mejor conservadas y más interesantes del centro de la península, y la única de sus características arquitectónicas.
Esta construcción de hormigón, que fusiona los dos modelos de la arquitectura militar de la Primera Guerra Mundial (blockhaus), fue construida por el ejército sublevado en esta zona –ocupada desde 1936– en la línea de retaguardia, y sus dimensiones permitían acoger a las tropas dispersas y al material militar en caso de incursiones del ejército gubernamental.
Del proyecto inicial, que planteaba la construcción de 22 fortines tipo blockhaus, sólo se llegó a terminar éste. Gracias a los estudios y trabajos arqueológicos realizados por la Dirección General de Patrimonio Histórico se ha podido averiguar que este fortín fue construido entre finales de 1938 y principios del 1939 por la 2ª Compañía del Batallón de Zapadores nº 7, perteneciente a la División 71. Cuenta con una red de saneamiento y defensas exteriores y era resistente a la artillería pesada y bombas de aviación.
Arquitectura militar
En su interés por recuperar parte del patrimonio de la Guerra Civil, la Comunidad ha editado un libro sobre las fortificaciones militares del área de la Batalla de Brunete, una de las más famosas de la Guerra Civil, entre las que se encuentra este búnker.
El volumen es un estudio académico que recoge, de una manera divulgativa, el patrimonio histórico que quedó de este trágico episodio de la historia. Incluye, además, una serie de rutas para conocer estos restos en los términos municipales de Valdemorillo, Villanueva del Pardillo, Fresnedillas de la Oliva, Navalagamella, Villanueva de la Cañada, Quijorna, Colmenar del Arroyo, Brunete y Villanueva de Perales, cuyo territorio sirvió de escenario de los combates y en los que posteriormente se realizaron importantes obras de fortificación por parte de ambos bandos para estabilizar el frente.
Desde fósiles a fortines Los 18 yacimientos visitables incluidos hasta ahora en el Plan están distribuidos por toda la región y dan una amplia visión de la historia de Madrid: desde los restos de animales de hace 14 millones de años que pueden visitarse en la estación de Metro Carpetana, hasta la Calzada romana de Galapagar, pasando por el hábitat carpetano de Miralrío (Rivas-Vaciamadrid) o el castillo medieval de Arroyomolinos. En concreto, los 18 yacimientos visitables abiertos en estos 10 años de vida del plan, en el que se han invertido 5,8 millones de euros, son:
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