A la historia pasará el derribo en abril de 2003 de la estatua de Saddam por parte de las tropas estadounidenses en la plaza al-Firdous de Bagdad. Como esa, muchas otras imágenes del ex presidente, a menudo en uniforme militar, salpicaban la ciudad, como por ejemplo el mural de la oficina del Ministerio de Agricultura, que mostraba a Saddam labrando los campos con una pala o el del Ministerio de Justicia, donde aparecía con una toga.
Las que perduran
Muchos de estos murales han sido borrados y las estatuas destruidas en el caos que siguió a la invasión. A veces, las estatuas fueron destruidas por su metal. Otras, sin embargo, aún se mantienen en pie.
En el fortificado complejo diplomático y gubernamental conocido como la Zona Verde, dos pares de brazos gigantes emergen de la tierra, separados por cientos de metros de distancia, sosteniendo espadas cruzadas que forman un arco que cruza una plaza de armas. Fueron modeladas como las manos de Saddam y fundidas usando 160 toneladas de bronce. Mohammed Tahir al-Timimi, jefe del Comité de Estatuas y Murales del Gobierno, señaló que existen planes para reemplazar estas espadas por una estatua de un rifle con su cañón retorcido: "Es un anuncio de que estamos abandonando la violencia y no estamos dispuestos a usar las armas para herir al nuevo Irak".