Tras su primera visita en octubre de 2006, el artista estadounidense se mostró muy interesado en realizar un proyecto para el entorno natural donde se ubica la fundación. En esa ocasión escogió el lugar concreto y según sus propias palabras: “Voy a dar valor a algo que tenemos ahí fuera –la luz natural– y que apenas apreciamos porque en estas latitudes nunca nos falta”.
Second Wind 2005 es una obra arquitectónica ubicada bajo el nivel de la tierra en la que el espectador accede al interior de una pirámide a través de un túnel. Una vez dentro se encuentra una stupa de piedra rodeada de una piscina. Las stupas son cúpulas redondas dentro de la arquitectura budista que por su forma y posición producen el efecto de acercar el cosmos al espectador. El acceso, a través de un pasadizo, desemboca en un cuarto en cuyo techo hay una abertura circular al cielo. Es aquí donde los visitantes pueden sentarse a contemplar los cambios de la luz “esculpidos” por el artista.
En la puesta de sol…
Turrell recomienda sobre todo disfrutar de la puesta de sol, cuando la luz adquiere mayor intensidad, cuando los colores del cielo se ensalzan creando alteraciones en la percepción del espectador sobre el cielo como espacio, forma y objeto. En este proyecto, el artista consigue crear la ilusión de que el cielo está al alcance de la mano y desdibujar la línea donde el vacío y la materia se encuentran.
A través de sus obras, el artista ofrece la posibilidad de comprender los diferentes aspectos de la luz, de la energía solar y del comportamiento de la retina ante los cambios que se producen en intensidad y color a lo largo del día y en los diferentes hemisferios del planeta. Su fascinación por el fenómeno de la luz está relacionado con la introspección acerca del lugar que le corresponde en el universo a la humanidad. Influido por su educación cuáquera que, según él, ofrece una “presentación sencilla y estricta de lo sublime”.
Turrell inició su carrera artística en California, a principios de los años 60, como uno de los líderes de un nuevo colectivo de artistas que trabajaban con la luz y el espacio. A lo largo de las últimas dos décadas, su trabajo ha sido reconocido con exposiciones en museos de todo el mundo, entre ellos el Museo Guggenheim, el Museo de Arte Americano Whitney de Nueva York, el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles, el Museo de Arte Moderno de San Francisco y la Colección Panza di Biumo en Varese, Italia.
Además, ha sido premiado con importantes galardones, entre ellos los Fellowships Guggenheim y MacArthur. En la actualidad reside en Flagstaff (Arizona) con el fin de poder supervisar las obras del Roden Crater que se abrirá al público en 2011, coincidiendo con la retrospectiva que le dedicará el Guggenheim de Nueva York y que va a itinerar por ocho países.
Fundación en una dehesa
La Fundación NMAC [1] se encuentra en el interior de la Dehesa Montenmedio, en el municipio gaditano de Vejer de la Frontera. Siguiendo el actual modelo de centro relacional, este proyecto fue concebido como un museo mediador, con el compromiso de apoyar a los creadores contemporáneos en proyectos específicos que fomenten el diálogo y el entendimiento de la sociedad a través del arte.
La Fundación invita a artistas procedentes de todos los rincones del mundo a realizar proyectos site-specific en forma de instalaciones, esculturas, proyectos de arquitectura en la naturaleza, fotografía, vídeo, pintura y performance. Cada una de las obras mantiene una estrecha relación con el entorno que el espectador debe descubrir a lo largo de un recorrido por el bosque mediterráneo. Hasta el momento mas de 40 artistas han realizado proyectos en NMAC, 20 de los cuales forman parte de la colección abierta al público.
Inaugurada en junio de 2001, el principal objetivo de la Fundación es ofrecer una visión del arte contemporáneo en la que el paisaje natural y el entorno social –incluso la memoria histórica– son determinantes en la creación de las obras. Todo el proceso creativo, desde la fase conceptual hasta la producción de cada obra, se realiza en la provincia de Cádiz por técnicos y empresas locales bajo la dirección del artista. Cada año se incrementa la colección con nuevas obras.
Roden Crater, el proyecto más importante de su carrera La importancia histórico-artística de la obra de James Turrell reside en su habilidad para profundizar en el modo en que percibimos la luz, así como en su capacidad para aislar estos aspectos y presentarlos al espectador a través de cada obra. Más que transmitir los resultados de sus investigaciones en torno a la percepción psicológica de la luz, pretende que sea el espectador quien lo descubra con su propia experiencia. Desde hace tres décadas, Turrell trabaja en el proyecto mas importante de su carrera, el Roden Crater, ubicado en el desierto de Arizona en un volcán extinguido que está transformando en un laboratorio sobre la percepción de la luz. Un observatorio celestial. Paralelamente, trabaja en varios proyectos arquitectónicos de gran complejidad que forman parte de la serie de espacios para la luz conocidos como Sky Spaces (espacios para el cielo) muchos de los cuales surgen a raíz de los estudios realizados en el Roden Crater. |