Anime, Manga, Ukiyo-e o Kanji son palabras que resuenan a nivel global desde hace unos años y, sin embargo, la cultura del manga y del anime japonés eran ya una filosofía de vida en la tierra del sol naciente desde poco después del final de la Segunda Guerra Mundial.
Furor social
A través de un sinfín de medios, como instalaciones, imágenes, esculturas o proyecciones, la muestra presenta a los personajes que han causado y siguen causando verdadero furor en la sociedad nipona, poniendo de relieve la estrecha relación que mantienen los japoneses con las figuras del manga y del anime.
En España, personajes como Hello Kitty, Pokémon o Ultraman permanecen en la memoria de todos. Son ya varias las generaciones que han crecido bajo el influjo de su estética, sus poderes o su merchandising. Sin embargo, en Japón, esta lista crece desenfrenadamente con nombres como Gundam, Evangelion, Hikonyan, Parfait o Namisuke, que para muchos de nosotros, son todavía desconocidos. Por otro lado, la muestra también pone de manifiesto su trasfondo cultural e histórico, su influencia y su futuro en el Japón contemporáneo, país único en su devoción por dichos personajes.
Lazos emocionales
En Japón, como consecuencia de la falta de comunicación y conexión emocional que padecen muchos de sus habitantes, muchas personas han desarrollado fuertes lazos emocionales con estos personajes, hasta el punto de que han llegado a ser indispensables y han forjado un vínculo poderoso con la psique japonesa a modo de sustituto de la familia y de los amigos. Dado que el personaje no tiene expresividad, cada persona puede atribuirle una emoción arbitraria y proyectarse en ella.
Pero su pasión por los personajes animados también puede ser interpretada en términos de sensibilidad estética tradicional. Ya es célebre la teoría Superflat del famoso artista japonés Takashi Murakami, en la que sugiere que «el anime y la plasmación de figuras en dos dimensiones, con un exceso de espacio abierto y con falta de profundidad, es una extensión de las técnicas pictóricas japonesas como el ukiyo-e«. Además, existen otras teorías que llegan incluso a relacionar el mundo de las mascotas con diversos dioses de la cultura japonesa. Esta visión de la tradición religiosa encaja perfectamente con el deseo japonés contemporáneo de forjar un vínculo espiritual con los personajes.
Cuatro universos
La exposición Japón. Paraíso de los personajes animados transforma la primera planta del Museo ABC en un microcosmos estructurado en cuatro partes, cada una con su misión y mensaje. Por separado muestran los diferentes aspectos de este fenómeno. En conjunto representan a toda una sociedad que escapa de las fronteras del país asiático.
El primero de los universos, Luna de miel entre las mascotas y los japoneses, examina los cambios en la sociedad y las mascotas que han ido surgiendo en cada período. Tras la Segunda Guerra Mundial, el estilo de vida en Japón y los personajes empiezan a estar estrechamente relacionados y esa relación se mantiene y se incrementa con el paso de los años. Día a día en el paraíso de las mascotas recrea una habitación repleta de objetos de una adolescente japonesa, ejemplo claro de alguien que «no pude vivir sin mascotas». El universo dedicado al Futuro cercano de las mascotas presenta las esculturas de las mascotas más célebres de los últimos años e introduce los nuevos fenómenos tecnológicos o de comunicación para plantear un devenir de las mascotas. El cuarto y último se centra en Los personajes animados: una parte integral de la sociedad japonesa y cuenta con imágenes de los propios japoneses integrando a las mascotas en sus elementos de la vida cotidiana.
Madrid. Japón. Paraíso de los personajes animados. Museo ABC.
Del 30 de noviembre de 2011 al 8 de enero de 2012.