La Colección Josep Suñol reúne varias y muy representativas obras del artista que, junto a otras piezas, aproximan a la forma en que Joan Hernández Pijuan entendía, practicaba y amaba el arte. Esta exposición propone la observación de más de cuarenta obras realizadas entre finales de los años sesenta y 2005.
Las obras correspondientes al período de los sesenta destacan por la presencia de objetos como reglas, cartabones, copas, tijeras, manzanas, huevos… Estos bodegones –naturalezas muertas– ya contienen muchos datos que dejarán rastros en su recorrido artístico posterior. Son objetos que se disponen encima de la tela con una fuerte intencionalidad, alejada de la composición convencional, delimitando el encaje del objeto en el espacio vacío, en una meditada dimensión metafísica.
Pintor objetual
Aunque ese momento puede inscribirse como una etapa conceptual, Joan Hernández Pijuan es también un pintor objetual, ya que en su “aproximación” a la pintura, prima en todo momento un aspecto más corpóreo, más físico. Esta aprehensión de la materia en su pintura será el vehículo de comunicación, como demuestra en su compenetración con la densidad total de la naturaleza, que será la única protagonista cuando los objetos (bodegones) vayan desapareciendo.
Entonces, sólo quedará la superficie, la dimensión del espacio. La naturaleza ha sido un tema recurrente a lo largo de la historia. No obstante, mostrarla en su desnudez, tal y como hace Hernández Pijuan, es mucho más complejo que utilizarla de fondo o de complemento. A través de esta ausencia de personajes y/o de objetos, el artista dirige a la conclusión de que la naturaleza se mueve por sí sola, no depende del hombre y, por consiguiente, nosotros sólo evolucionamos sobre ella.
La obra de Hernández Pijuan forma parte de un continuum que entiende la naturaleza como un contenedor, un clasificador, cuya medición no es estable y cuya catalogación inabarcable, constatando que el libro de la naturaleza no tiene fin.
Barcelona. Joan Hernández Pijuan. La medida del tiempo, el transcurso de la pintura. Fundación Suñol [1].
Hasta el 29 de mayo de 2010.
Comisariado: Elvira Maluquer, Joan Hernández y Fundació Suñol.