La muestra, que conmemora el más que probable VI centenario del nacimiento en Valencia del caballero-escritor y los 550 años desde que éste comenzó a redactar su gran obra, recupera la dimensión europea de Martorell y la da a conocer a través de más de un centenar de valiosas obras de arte procedentes de 23 instituciones, como el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, el Museo del Ejército de Toledo o la Armería Imperial del Museo de Arte e Historia de Viena.
Valiosas obras
Entre las piezas más destacadas figuran la armadura de 1450 más completa que se conserva en el mundo (realizada por la misma armería milanesa en la que Martorell encargó la suya para enfrentarse en duelo a su primo), la espada del rey de Hungría (procedentes del Museo de Arte e Historia de Viena) o el tapiz que reproduce uno de los pasajes de la guerra de Troya protagonizado por Aquiles, que procede del museo catedralicio de Zamora.
La exposición intenta reflejar el mundo cortesano que la aguda capacidad de observación, la memoria y las amplias lecturas de Martorell plasmaron en esa obra suya que puede ser considerada, desde muchos puntos de vista, la primera gran novela moderna europea.
El caballero valenciano fue testigo de ese mundo, aunque lo fuese desde su posición de caballero con pocas tierras y caudales y con una muy escasa relevancia política. Vivió, pues, de segundas la corte, pero se impregnó de ella; la corte de la Gandía ducal donde había vivido su familia próxima, la corte valenciana de Alfonso el Magnánimo, centrada en el desaparecido palacio real de la ciudad de Valencia, la corte de Westminster del rey inglés Enrique VI, que acogió a nuestro caballero y se ofreció a servirle de juez en el duelo que este pensaba llevar a cabo en Inglaterra con su primo, la corte napolitana de Alfonso el Magnánimo, de la cual Martorell formó parte durante varios años como funcionario.
Tres cortes
Valencia, Londres y Nápoles son, pues, los tres espacios en que se organiza esta muestra. Torneos, banquetes, música y, sobre todo, literatura y, asimismo, la guerra próxima que estaban llevando a cabo los turcos, que en 1453 habían tomado Constantinopla, atrajeron en esas cortes la alerta y aguda atención del caballero.
Joanot Martorell encarna, de forma muy ajustada, a esos caballeros errantes que, de justa en corte o de torneo en guerra, tanto abundaron en la Europa del siglo XV y, sobre todo, a esos caballeros errantes que pusieron en letra escrita sus vivencias, sus memorias, sus lecturas, sus anhelos. Refleja, por tanto, la manera en que una época se expresa y lo hace en el momento más brillante del antiguo reino de Valencia y, sobre todo, de su capital. Refleja, a la vez, la manera en que lo local –lo valenciano, en este caso– contribuye a conformar la cultura universal.
Personifica el fin de una era, de esa Edad Media caballeresca que fenece, de forma objetiva, ante la eficacia de la infantería y las armas de fuego, y de forma mítica con la burguesía y los príncipes absolutos de la Edad Moderna; de ahí que la exposición del Carme se titule también “el otoño de la caballería”.
Valencia. Joanot Martorell i la Tardor de la Cavalleria. Centre del Carme [1].
Del 30 de diciembre de 2010 al 13 de marzo de 2011.
Comisario: Eduardo Mira y Christian Beaufort.
Como es habitual en las exposiciones organizadas por el Consorci de Museus [2], se han preparado una serie de talleres didácticos y visitas guiadas que pretenden divulgar los contenidos de la muestra. El 4 de enero tendrá lugar una demostración de combate y un duelo entre caballeros con armas medievales, que será dirigido por el maestro de esgrima y experto en armas antiguas Rufino Acosta. La entrada y la participación en los talleres es gratuita.