El descubrimiento fue posible tras un análisis realizado mediante técnicas de radiografía y reflectografía. La digitalización de las placas radiográficas mediante un programa informático ha permitido tener una visión global de la obra, que ha dado lugar al descubrimiento de un retrato femenino de cuerpo entero.
Identidad desconocida
El uso de esta técnica ha sido fruto de un convenio de colaboración entre el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) y el Museo de Bellas Artes de Asturias para determinar el estado de conservación de diversas obras de la pinacoteca asturiana y orientar los estudios sobre los procesos creativos de sus autores.
La identidad de la joven no se ha podido precisar, aunque por la vestimenta y la posición de la retratada se deduce que pertenecía a la nobleza, según la conservadora de la pinacoteca Clara González-Fanjul.
Posible identificación
En contra de lo que sucede en otras ocasiones en las que se reutiliza una tela ya pintada, en este caso la conservación de la figura femenina es bastante buena y es posible que se pueda llegar a conocer la identidad de la joven. Será la subdirectora del Museo del Prado, Manuela Mena Marqués, la encargada de comparar rasgos y detalles para intentar poner nombre a la retratada.
No es el único caso en el que Goya utilizó un lienzo ya pintado como base para hacer otro, ya que se conocen al menos otros cuatro. Esta práctica le permitía pintar más deprisa al aprovechar telas ya preparadas para hacerlo.
Perfecto ilustrado
Ejemplo del perfecto ilustrado, interesado en las artes y en las ciencias, Jovellanos (1744-1811) aparece en el cuadro de Goya perteneciente a la colección del Museo del Prado sentado y acodado a una mesa llena de papeles, en un retrato íntimo y evocador, con una mirada serena, inteligente y algo melancólica. Sobrio y elegante en el vestir, sorprende la ausencia de condecoraciones, medallas y bandas honoríficas que tradicionalmente acompañaban las efigies de los hombres públicos. Al fondo, Minerva, diosa de la sabiduría y de las artes, extiende hacia él su mano protectora y se apoya en un escudo con las armas del Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía, la obra más querida de Jovellanos. En el papel doblado aparece la firma de Goya y la identificación del retratado.